Las muertes están verificadas. ¿Quién las desverificará? El grupito que, pudiendo autodenominarse Zascandiles sin Fronteras, ha preferido llamarse -en encarnizada lucha contra la semántica– Comisión de Verificación. Otra opción era Comando ONU, por la estrecha relación de varios de sus miembros con el cadáver exquisito que capitanea Ban Ki Moon. Su prestigio les precede, y así es normal que se les abran puertas, pero también que se les cierren. Tomen si no a ese Ronnie Kasrils, que comparó al ejército israelí con los nazis, inversión diabólica de la historia y de la moral, muy del estilo Saramago, que el Ronnie completó acusando a los judíos de "matar bebés". Pues ese tío, que en un arrebato de sinceridad tituló su autobiografía Armado y peligroso, es el señor Lobo que viene solucionar problemas, a limpiar el escenario del crimen, a verificar. ¿Pero qué? Que ETA ha puesto "fuera de uso operativo una cantidad de armas", expresión que tanto puede aludir al arsenal de Corea del Norte como a cuatro pistolas de agua compradas en la feria.
Supongo que les daba vergüenza adjetivar la "cantidad". Una "importante cantidad" habría provocado la risa floja de la claque. Una "pequeña cantidad" minimizaría el esfuerzo de los encapuchados de paz, y eso nunca. Así que lo dejaron en “una cantidad”. Averígüelo Vargas. Luego salió la foto del parco muestrario, y alguno llegó a afligirse por la decadencia de los asesinos. Los verificadores subrayaron, con todo, el tremendo riesgo de los pobres pistoleros al sacar de circulación los tirachinas.
Verifíquenme esto Manikkalingam, Kasrils, Maccabe, Nambiar, Ravensbergen y Santana: ¿a ustedes quién les paga? ¿Qué pasa con los tres centenares largos de asesinatos etarras sin resolver? ¿Les damos carpetazo tras la exhibición del fusil, las dos pistolas, los dos revólveres, los dieciséis kilos de explosivos, las dos granadas y, lo que es peor, el Guernica? ¿Han colaborado con jueces y policía esos etarras empeñados en sentarse a una mesa con el ministro del Interior en condición de igualdad? ¿Han pagado o piensan pagar sus protegidos las indemnizaciones que deben a las víctimas? ¿Acaso se ha disuelto ETA? ¿Con qué autoridad vienen a poner en solfa la legitimidad de un Estado de Derecho? ¿Saben que si ETA no es operativa se debe, exclusivamente, a que los aparatos del Estado la han neutralizado en estricta aplicación de un ordenamiento democrático? ¿Les han ingresado ya los emolumentos en sus respectivas cuentas corrientes? Porque, de ser así, no veo razón para que no se vayan a tomar ya por retambufa y dejen de equiparar al hatajo de asesinos con el Gobierno democrático. Verifiquen cuidadosamente sus billetes de vuelta al limbo, vuelen antes de que hasta el más tonto concluya que bajo su capa de profesionales asépticos y pacificadores se esconde una nueva trampa de ETA y compañía. Verificaremos que no quede aquí de ustedes ni el recuerdo.