Nuestro Gobierno ayudó activamente a publicitar una película pro eutanasia, todos lo recordarán. Si retrocedemos en la historia de la promoción política de la "buena muerte", hallaremos en la lejanía los mismos rasgos de dulcificación, de recurso a envoltorios artísticos, de introducción de fuertes cargas emocionales a la propaganda. Hace muchos años, un Gobierno impulsó la realización de un film de título Ich Klage an, dirigido por Wolfgang Liebeneiner. Fue en 1941, bajo el poder de Hitler y el control de Joseph Goebbels. Liebeneiner reconoció después que su cinta había intentado (y logrado) crear una atmósfera receptiva a la legalización de la eutanasia.
El ecologismo puede llegar a extremos inquietantes: la equiparación en derechos con el hombre del resto de primates, las acciones violentas del movimiento animalista contra laboratorios o el brutal sectarismo con que se estigmatiza a cualquiera que ponga en cuestión el cambio climático como efecto de la acción humana. "Negacionistas" llaman a quienes osan, nada menos. Pero "negacionismo" es voz que debe reservarse a la negación del Holocausto. Y ya que volvemos a tocar el nazismo, no obviaremos que éste cuenta, como uno de sus grandes conformadores (especialmente en el refuerzo y extensión del antisemitismo), con el viejo movimiento del Volk: "El antisemitismo alemán fue en gran medida un movimiento de retorno al campo", afirma Paul Johnson, y también: "Los primeros movimientos juveniles, y sobre todo Wandervögel, que implicaba tocar la guitarra y recorrer a pie las campiñas, cobraron una coloración antisemita".
El pasado domingo hubo manifestaciones en varias ciudades españolas donde se quemaron banderas de David entre ovaciones y gritos de "Israel asesino". Sé que en la de Barcelona hubo pancartas del PSC y otros partidos de izquierda. Puntualizo que no se atacaba a un Gobierno: se acusaba a "Israel" y se quemaba su bandera. No es necesario rastrear el origen de esto, ¿verdad? Tampoco el deltratamientode losjudíosen lasviñetasdeprensa. Inquietantes raíces tienen los progres.