Supongo que la asistencia de Rodríguez a la cena turca de fin del Ramadán será otra cortina de humo para que los españoles no pensemos en la crisis, ¿verdad? ¡Pero si lo imposible es no pensar en el elefante! Cortina de humo, humo de pajas o paja mental, el resultado del error analítico es este: no hacer caso a las supuestas operaciones de despiste multiculturales, abortivas, eutanásicas y guerracivilistas. Puestos a centrarnos, ¿despejamos el humo identitario catalán, vasco, gallego? A ver si van a ser también cortinas… De serlo, duran más que la iron curtain.
Se está dando por buena esta premisa: si ponemos a Gobierno y oposición a hablar de economía, el español medio comprenderá la infinita superioridad del PP y de entre los once millones de votos zapateros emergerá un coro de lamentos. Pero la premisa es más falsa que los currícula de Soria y Chacón. Lo que indica la experiencia es que el PSOE puede gobernar con el 24% de paro, entre otras deprimentes verdades. Ahí va una: al partido bajo cuyo Gobierno cumplimos las duras condiciones de convergencia de Maastricht y vimos caer el paro a la mitad lo echaron a patadas con el vil aprovechamiento de un shock emocional, cierto, pero cuando la intención de voto se estaba igualando tras la negativa de Rajoy a debatir con un señor al que tenía por bobo solemne.
A ver si despertamos. El bobo solemne sabe latín, y puede puño en alto sacudirse cualquier responsabilidad por la catástrofe económica que llega. Le basta señalar al malo favorito de Juan Español y de Juan Europeo, los Estados Unidos, mientras José Blanco incluye entre los responsables nada menos que a Esperanza Aguirre. ¿Hasta cuándo vamos a seguimos engañándonos con la idea de que las obviedades que percibimos serán, forzosamente, visibles para cualquiera? Por la crisis, por la recesión, por la debacle, por el caos va a circular Rodríguez más chulo que un ocho alardeando de proteger a los débiles de los estragos causados por Bush y el PP. Y de acogotar a un empresariado despreciable que ha incurrido en la bajeza de obtener beneficios.
Si creen que al presidente le da miedo hablar de economía, recuerden los debates electorales con un Rajoy a la defensiva, mudo cuando se le afeaba la congelación del sueldo a los funcionarios. O el PP entra a todos los trapos (el de Aído, el de Soria, el de Garzón, el de la Alianza de Civilizaciones y el económico, de momento), o tendrá que consolarse, mientras se le expulsa del marco de legitimidad convertido en caricatura, con la teoría de las cortinas. Y comentando cuán bobos son sus sistemáticos debeladores.