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Juan Carlos Girauta

Lo venial y lo mortal de Zapatero

Entra dentro de las reglas del juego aceptar debates borderline y discursos lamentables. Pero ojito con el marco institucional. Ahí no hay que pasarles ni una. Creo que el PP lo ha entendido. A la fuerza ahorcan.

Nada que objetar a que Zapatero explote la división de la derecha o magnifique su falta de propuestas concretas (privilegio, por otra parte, de la oposición). Si en circunstancias normales las crisis económicas gasten más al Gobierno que a la oposición es porque, a diferencia de ésta, aquél no tiene manera de esconder medidas impopulares... salvo que el Gobierno sea tan irresponsable que deje de tomar las imprescindibles; o sea tan perverso que aplique medidas contraproducentes por su rendimiento electoral. Ambas salvedades adornan al Gobierno Zapatero.

Mucho más preocupantes son aquellas conductas que afectan a la salud democrática de las instituciones. Es convicción asentada que en España la justicia es militante, que el ejecutivo maneja al judicial a través de mayorías en los órganos clave, que hay un uso espurio de la fiscalía, que se enerva o excita a jueces y fiscales según coyunturales conveniencias, que no se aplican sentencias firmes si incomodan al poder (central o autonómico), que la gestión de las prisiones está tiznada de política... Por no mencionar esa definitiva violación del espíritu de las leyes y del decoro institucional que consiste en montar una cacería con el juez, el ministro de Justicia, el fiscal y el jefe de la policía mientras se abate, con los venados, al partido de la oposición. Que nadie salga aquí con que no hay pruebas: están los hechos, la coincidencia en el tiempo, la oportunidad y están los resultados. En una democracia de verdad, el ministro sería cesado y el juez apartado y expedientado.

En tal bastardización del Estado de Derecho hay que poner el foco, sin perder de vista que, una vez abiertas las diligencias de Garzón y sembrada la sospecha sobre unos nombres más o menos próximos al PP, las investigaciones deben proseguir, en otras manos, hasta el final. No otra cosa está diciendo Génova. Lo que no cabe es exigir al PP que se conforme con su situación de indefensión, pues es claro perjudicado. En cuanto a las filtraciones, son delictivas; los repetidos regalos a un juez, son investigables por presuntamente delictivos; y si hubo cita previa en la reunión de los escopeteros, será delito según el CGPJ.

Que invoque pues Zapatero cuanto quiera el Prestige, por extemporáneo que resulte, y que despliegue a su antojo el PSOE su demagogia, por mucho que repugne ver cómo sirven en bandeja a un dictador extranjero la excusa para violar los derechos de Luis Herrero. Entra dentro de las reglas del juego aceptar debates borderline y discursos lamentables. Pero ojito con el marco institucional. Ahí no hay que pasarles ni una. Creo que el PP lo ha entendido. A la fuerza ahorcan.

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