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Juan Carlos Girauta

La performance de Saura

En la cabecita de Saura aparece Hamás junto a la AVT e Israel junto a la ETA. Rizando el rizo, y sabiendo el tirón que entre los progres tienen estas cosas, nos cuenta el hombre que la pistola era de juguete y que todo era una "performance".

Si existe un progre de manual, ése es Joan Saura. El discurso de humo y la incompetencia, el envanecimiento y el look, la generosidad consigo mismo y el disparate orientalista, la insolvencia intelectual y la administración del silencio, que en tantas ocasiones le ha salvado. No en todas. Una vez decorados los edificios de su departamento de acuerdo con las reglas del Feng Shui, la mejor opción del conseller de Interior, en cualquier circunstancia, sería callar. Así le supondríamos alguna idea.

De Gonzalo Comella a su comunismo sentimental, excusa, conveniencia y momio de los beneficiados por el montalbanismo, el responsable de Interior tiene y aplica la teoría del mal menor. Consiste en que sus agentes de policía se queden petrificados como estatuas cuando un político del PP se ve públicamente amenazado de muerte, cuando un grupo de seguidores de Ciudadanos son acorralados, vejados y golpeados en una manifestación, o cuando un embozado esgrime una pistola a unos metros del conseller. Mal menor: que la policía no "provoque" al delincuente de ideología más o menos cercana a la del conseller o sus aliados.

No ha de resultar fácil. Junto a la geomancia del Feng Shui, Saura tiene que haber adiestrado a la policía catalana en otras técnicas orientales: un autodominio similar al del ciego de Kung Fu, un control del metabolismo de gran fakir. Pruebe un policía de servicio a quedarse quieto como un muerto ante unos vivas a la ETA o ante un pistolón que se agita entre la muchedumbre y verá lo que quiero decir. Consecuencia lógica de tanto autodominio son las explosiones de ira en comisaría, donde los detenidos pagan en sus carnes la factura de los experimentos del maestro Saura, que lo observa todo complacido gracias a un complejo sistema de cámaras que desnuda las instalaciones policiales.

Saura estuvo en la manifestación de la pistola, las acusaciones de genocidio a Israel, la mofa del Holocausto y los apoyos a Hamás. Ha justificado su presencia equiparando aquel aquelarre con una manifestación antiterrorista. Es decir, en la cabecita de Saura aparece Hamás junto a la AVT e Israel junto a la ETA. Rizando el rizo, y sabiendo el tirón que entre los progres tienen estas cosas, nos cuenta el hombre que la pistola era de juguete y que todo era una "performance". Espera nuestra simpatía para ese acto de arte callejero, ¿verdad, Saura? Claro, claro, siempre y cuando sea capaz de explicarnos cuándo, cómo y por quién ha sabido tal cosa, dado que losmossosno intervinieron, el arma no se examinó y el pistolero no enseñó la cara.

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