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¿Por qué no cuádruple?

¿No proclama nuestro himno que somos hijos de Breogán, mítico conquistador de Irlanda? Don Alberto, se ha quedado usted corto; como mínimo tenemos cuádruple nacionalidad: gallega, española, portuguesa e irlandesa. ¿Y la argentina?

El 25 de julio se celebra el "día de Galicia". La fiesta fue una creación de los galleguistas de los años 20 del siglo pasado. Como mayormente eran gentes conservadoras y antiliberales, nostálgicas del "Antiguo Régimen", pensaron que el día de Santiago Apóstol era el más adecuado a sus propósitos de exaltación regional. De ahí que no concedieran importancia al hecho de que la fecha elegida fuese asimismo la festividad del patrón de España. Quizá ya entonces nadie recordaba la áspera contienda que a principios del XVII libraron clérigos y teólogos a propósito de la titularidad de tal dignidad, para la que unos postulaban a Santa Teresa de Ávila y los otros a Santiago.

El caso es que la fiesta quedó establecida, y los separatistas del Bloque se han limitado a cambiarle el nombre llamándole ahora "día de la patria gallega". Estos caballeros y señoras se declaran marxistas-leninistas. Pero, de momento, lo único evidente es su odio a España y a todo lo español. También un laicismo extremoso, pero cambiar la fiesta de día era arriesgar una inercia provechosa, y se "sacrificaron".

Aunque el Bloque en las últimas elecciones autonómicas bajó en votos (de 22,5 a 18,5%) y en escaños (de 17 a 13), la pérdida, por un escaño, de la mayoría absoluta por el PP, le abrió las puertas del Gobierno autonómico, fortuna nunca antes conocida. Pese a tan magros resultados electorales (en un sistema tripartito), la falta de patriotismo de los otrora partidos nacionales ha convertido al Bloque en la bella del baile cuyos favores se disputan los dos galanes.

De esta suerte, en Santiago el 25 de julio coinciden varias fiestas. Hay la ofrenda al Patrón de España que, por delegación Real, suele presentar alguna autoridad autonómica o local. Como el Bloque se niega a participar en este acto, ha de ser del PSOE. Asiste, naturalmente, alguna representación de cargos del PP, pero quedan en segundo plano. Hay la fiesta del día de Galicia, que convoca el Presidente de la Junta, a la que tampoco asisten sus teóricos socios de Gobierno, que ese día prefieren enardecer a las masas. Los del PP, o no son invitados o, si lo son, no van. Hay la fiesta del Apóstol, tradicional en Santiago y comarca, a la que asisten los vecinos sin preocupaciones políticas.

Para no perturbar a los bloqueros, los del PSOE se llevan a sus afiliados y simpatizantes a Rianxo. Los del PP también emigran, aunque estos no tienen destino fijo. Este año fueron a Poyo, muy cerca de Pontevedra. Unos y otros comen sardinas asadas, pulpo á feira, etc. Los líderes respectivos lanzan discursos procurando mostrarse más nacionalistas que el Bloque. El del PSOE-PSG, Touriño, aburrido y triste, duerme a las vacas y hace llorar a las nubes. Pero ¡ah!, el del PPG, Núñez Feijóo, es ocurrente y chispeante cual gaseosa.

Cuando Rajoy bajó transfigurado de su Tabor particular (en el mundo alguna playa de Cancún), revelándonos que los nacionalistas no eran mala gente, al bueno de Núñez se le hicieron los dedos huéspedes y, lleno de entusiasmo pastoral, invocó la simpatía de los "vascos y vascas" haciendo suyo el siniestro dictado de Ibarreche de que no hay más vascos que los nacionalistas. Tan gran hazaña desdoro fuera que quedase sin segunda. ¿Qué se le ocurrió ahora? Pues pedir para los gallegos la doble nacionalidad, gallega y española, reivindicación nunca antes formulada.

Mas forzoso es poner un pero a su propuesta. Dado que los nacionalistas gallegos siempre han dado en discurrir como romper con la identidad española, apuntándose a otras alternativas, echo en falta la nacionalidad portuguesa, pues el primitivo Condado de Portugal nos fue tan próximo, y los orígenes del gallego y el portugués son comunes. También echo en falta la nacionalidad irlandesa. ¿No proclama nuestro himno que somos hijos de Breogán, mítico conquistador de Irlanda? Don Alberto, se ha quedado usted corto; como mínimo tenemos cuádruple nacionalidad: gallega, española, portuguesa e irlandesa. ¿Y la argentina? ¿Es que no se llamó a Buenos Aires la quinta provincia gallega? Más nacionalidades es el clamor unánime del pueblo gallego.

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