Los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils trajeron un alud de columnas, consignas y pecios de variada podredumbre moral. A la histérica invocación de unas causas que permitieran señalar al sistema como responsable subsidiario se añadió esta vez el pleonasmo del innoble nacionalismo, que, conforme a su querencia alquimista, trató de convertir la sangre en mito fundacional. El histórico 17 de agosto lo sería, sobre todo, por el ufano aleteo del Nou Estat. Nada más coherente con este fin que sugerir, como sugirió Vicent Partal, de Vilaweb, que el Gobierno de España planeó la matanza para sacar al Ejército a la calle "pensando en el 1 de octubre". En cuanto a Antoni Puigverd, de La Vanguardia, su "corristeis a escribir deprimentes editoriales" se levanta sobre un ensueño tan pintoresco como apolillado: un batallón de periodistas mesetarios llegó, vio y mintió. Y lo hicieron, además, al unísono. Como si el editorial único no fuera un (sub)género exclusivamente catalán. Y como si los reporteros de los diarios nacionales no estuvieran ya en Barcelona cuando el mal embistió a la multitud. A tal punto que conforman el grueso de la prensa local. Quienes no estaban, advierte Dragó, eran los manteros, bien entendido que el "tam-tam de las aljamas de la inmigración funciona de maravilla". A los diez días llegaría el turno de los morigerados. ¿Pudo evitarse?, se pregunta Ramoneda. No, no se refiere al atentado, sino a la muerte de los terroristas.
Como la infelicidad tolstoiana, cada uno de estos artículos es desgraciado a su manera. Hay, con todo, un nexo: en todos ellos, las víctimas no son más que una molestia argumental. Unas veces nervio, otras tendrum.
- "Y cuando me he puesto a escribir, solo me salía amor –pido disculpas–. El amor que domina el duelo. (...) El amor mata al odio. Lo dijo Martin Luther King varias veces, precisamente. Pero del odio tendremos que hablar. Para buscarle causas y atajarlo".
- "La policía de Cataluña ha demostrado con matrícula de honor que está preparada para asumir cualquier gestión que le encarguen, cualquier función que en un futuro inmediato deba asumir. En esta ocasión es muy difícil hacer ninguna crítica a un operativo técnicamente complicadísimo –se han llegado a desplegar ochocientos controles simultáneos–, científicamente impecable y políticamente mucho más que digno. Y, además, sin colaboración. Desconectada de los bancos de datos internacionales y con un estado inexistente, el español, que ya se ha demostrado que no es necesario para garantizar el funcionamiento normal de Cataluña".
- "Necesito abrazar a un musulmán".
- "Los atentados yihadistas en Barcelona y Cambrils han desatado una reacción de islamofobia que en palabras de la Plataforma contra la Islamofobia tiene dimensiones de una "brutal ola" sobre todo en las redes que no se produjo tras el 11-M. El odio al islam se propaga en Internet, pero se han registrado también ataques al menos a cuatro mezquitas y pintadas a locales, y ha llegado incluso a la agresión física denunciada por un menor musulmán".
- "En el caso de los atentados de Barcelona y Cambrils hay datos muy importantes que hay que estudiar a fondo, pero a estas alturas todavía no he visto a nadie que aportara un solo dato serio que obligara a pensar en un ataque de falsa bandera. Ahora bien, es evidente que podría serlo. Son muchas las preguntas que, según sea la respuesta, nos podrían llevar a ello: cómo el imam, extrañamente, no fue expulsado después de haber estado en la cárcel, por ejemplo. O por qué el gobierno español tardó siete interminables horas en comparecer. O hasta qué punto pensaron en aprovechar el atentado para hacer salir el ejército a la calle pensando en el 1 de octubre".
- " ¡No pudisteis reprimiros ni cuando la sangre de los muertos de la Rambla era tibia! ¡Corristeis a escribir deprimentes editoriales en los que se mezclaba la atrocidad de los yihadistas con el proceso independentista! Instrumentalizasteis la tragedia para conseguir rendimiento político. Habéis despertado el mal espíritu que por partida doble torturó a las víctimas madrileñas de Atocha. ¡Lo habéis despertado otra vez!".
- "Las Ramblas, a las cinco de la tarde, siempre están llenas de manteros. El día del atentado no había ni uno. ¿Peco de paranoia? Puede, pero el tam tam de las aljamas de la inmigración funciona de maravilla".
- "Lo único que no interesa es investigar las causas reales de este fenómeno de radicalización de personas tan jóvenes así como los fallos de seguridad que se hayan podido cometer para que esta importante célula terrorista pasase desapercibida al Ministerio del Interior".
- "Estoy convencido de que si Peret viviera, hoy lamentaría amargamente el reciente atentado terrorista de la Rambla y tal vez hubiera compuesto una canción alusiva".
- "Tras saber que el Gobierno ocultó a los Mossos la información de que el imán era peligroso y permitir así que siguiesen preparando el atentado ¿no va a pasar nada? Va a seguir ese Gobierno? No hay crisis política? Hay oposición en este sistema podrido? Tiene este gobierno Rajoy alguna autoridad moral o política para amenazar a los catalanes que quieren votar?".
- "Carles Puigdemont no deseaba que el Rey fuese pitado y abucheado, pero no lo pudo evitar".
- "Dos semanas después de los atentados de Barcelona y Cambrils (Tarragona), que dejaron 22 muertos -incluidos seis de los terroristas- y un centenar de heridos".
- "Es la primera vez en la historia reciente de España que unos policías optan por abatir —'hacer caer sin vida a una persona o animal', define la RAE ese término muy empleado en el mundo de la caza— a todo un grupo de presuntos terroristas y no hay polémica alguna. El mosso que mató a cuatro yihadistas ha llegado a ser calificado de héroe mientras se recordaba elogiosamente su paso por la Legión".
- "¿Era inevitable que los Mossos abatieran a los terroristas? ¿Qué esperan los partidos a plantear esta pregunta en sede parlamentaria? Son cuestiones de fondo —que atañen a nuestros valores— que no deben eludirse. Creo que urge restaurar el lugar de cada cosa (el terrorismo yihadista no es el principal problema de España); renunciar a las explicaciones simplistas que solo sirven para columpiarse en la construcción de la islamofobia, sin respeto para muchos conciudadanos; y no utilizar el terrorismo ventajistamente en problemas que no tienen nada que ver, como el soberanismo catalán".
- "Muchos os preguntaréis si el salafismo lleva a la paz debido a que algunos de los criminales que más aparecen en los medios dicen ser de este movimiento. Pues la respuesta es fácil: un diamante es una piedra preciosa que a muchos de vosotros os gustaría tener, ¿no? Pues ese mismo diamante puede abrir una cabeza si a alguien se le ocurre la desviada idea de tirársela a otra persona. Algo parecido pasa con el islam".