Menú
José María Albert de Paco

Dual

Aun siendo cientos de miles, los catalanes que no somos del Barça carecemos de entidad suficiente para erigirnos en cuota de pantalla.

Aun siendo cientos de miles, los catalanes que no somos del Barça carecemos de entidad suficiente para erigirnos en cuota de pantalla.

La 1 retransmitió anoche en dos versiones la final de la Copa del Rey. Mientras que la narración para los televidentes catalanes corría a cargo de Joan Carles García, con comentarios de Carles Rexach y Miquel Soler, el resto de los televidentes españoles siguió el partido en la voz de Juan Carlos Rivero y los comentarios de José Antonio Camacho y Julio Salinas. Como es habitual, en esta última imperó un decoroso afán de neutralidad o, si se quiere, de equilibrio entre iguales, el que encarnaban Camacho y Salinas. En la primera, en cambio, primó el forofismo culé, el que representaban esos tres barcelonistas que, de forma vicaria, conducían la agonía del resto de la tribu.

No es que en Cataluña hubiera una sola opción, no: de modo novedoso, ayer existía la posibilidad de cambiar al audio 2 y seguir el partido en la narración de Rivero. O, por decirlo conforme a los usos sociales que por aquí se estilan: la retransmisión vehicular era la de García, Rexach y Soler, y quienes requeríamos atención personalizada no teníamos más que solicitar que el partido se interrumpiera para redescubrir nuestro mando a distancia, ese leviatán.

Sea como sea, los catalanes que ansiábamos la derrota del Barça hubimos de apechugar no ya con el punto de vista del maligno, sino con la evidencia de que, aun siendo cientos de miles, carecemos de entidad suficiente para erigirnos en cuota de pantalla. Entiéndase: el desprecio de TV3 es ya un mero accidente paisajístico; lo asombroso es que también nos desprecie Televisión Española. Nótese que no he hecho mención de que la retransmisión forofa fuera en catalán y la polite en castellano. Eso no habría de suponer problema alguno, salvo, claro está, por el hecho de que el catalán no sirva más que para formular una sola religión, haciendo bueno el principio de que una lengua es una cosmovisión (y sólo una). Hasta que llegue el día en que en la retransmisión en catalán el Barça gane todas las finales. Incluso las que pierde.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura