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José María Albert de Paco

12 de septiembre

Boadella acertó a ver un esperpento con ínfulas en la continua agitación nacionalista, disfrazada de canto general por el recobramiento de la dignidad.

Boadella acertó a ver un esperpento con ínfulas en la continua agitación nacionalista, disfrazada de canto general por el recobramiento de la dignidad.

Los párrafos que siguen a esta columna están extraídos de La Vanguardia; concretamente, de las noticias que han ido dando cuenta de la Diada desde que ésta empezó a celebrarse, allá por 1977. Mi propósito era servirlos en crudo, como quien deja un vertido tóxico a las puertas de la ciudad. Estaba convencido de que era el modo más certero de evidenciar el carácter pueril de estos coros y danzas (tanto más pueriles cuanto más los abrocha la perspectiva histórica). Sigo estando convencido de ello. No obstante, después de atravesar treinta y cinco salmodias (los años que han transcurrido desde entonces) empecé a vislumbrar pliegues en el estribillo. Dado que esas treinta y cinco salmodias coinciden aproximadamente con mi edad, no descarto que esos pliegues sean arrugas más o menos incipientes, y mis impresiones, el fruto de las inevitables adherencias melancólicas.

Para empezar, la mayoría de las heroicidades que cuenta el periódico no hacen sino agigantar la condición de pionero de Albert Boadella, que acertó a ver un esperpento con ínfulas en la continua agitación nacionalista, disfrazada, desde los primeros compases de la democracia, de canto general por el recobramiento de la dignidad.

Esta frase, correspondiente a la noticia de 1979: "Miles y miles de ciudadanos de Cataluña dieron muestras de su sentido de responsabilidad a la hora de demostrar los anhelos de un pueblo". Basta una levísima inmersión en esa prosa de gobernador civil para atisbar el vaticinio (¡el anhelo!) del periódico, esto es, que andando el tiempo, y una vez satisfechos los "anhelos de un pueblo", la Diada tendería a diluirse. No fue así, claro. Luego de que el régimen democrático español hubo atendido las principales reivindicaciones catalanistas (sobre todo, en lo referido a derechos lingüísticos), las fuerzas nacionalistas siguieron confiriendo a la jornada el mismo aire de desafío. Así, y de modo obsceno, cuanto más se iba alejando la conmemoración del final del franquismo (es decir, de la anomalía que le daba sentido), más enérgicos iban siendo los aspavientos antiespañoles, que culminarían con la institución entre los actos de la festividad de la quema de banderas rojigualdas, ya en 2008.

Ciertamente, ni los sucesivos gobiernos de la Generalitat ni los partidos mayoritarios de signo nacionalista (que son la mayoría en Cataluña) han de responder por la organización de ese akelarre y otros actos de corte similar. Sin embargo, en la Diada se hace imposible distinguir lo institucional de lo instituido, en lo que constituye una impagable metáfora del seny y la rauxa. Baste recordar que una de las escenas más emblemáticas de la festividad es la ofrenda floral de partidos e instituciones a Rafael de Casanova, un acto jalonado durante tres décadas por los insultos proferidos, a tan sólo unos metros, por un selecto comité de doncicutas erigidos en padres de la patria. En cualquier caso, una de las grandes enseñanzas de la Diada es que no hay ritual que no llegue para quedarse. De ahí, por ejemplo, las dificultades con que se encontró el presidente Maragall en su intento de acentuar el perfil cívico de la festividad. De ahí, en fin, que desde que se quemara la primera bandera española, hace cuatro años, no haya habido Diada que no tuviera ese acto incrustado en su programación; incrustado y, digámoslo todo, tolerado por el nacionalismo mayoritario al modo y manera como, por ejemplo, ese mismo nacionalismo no puso un solo reparo a los insultos que sus cachorros dedicaron a Raimon Obiols a principios de los ochenta.

Nacionalismo mayoritario es, de hecho, uno de esos trabucazos con que el periodismo solventa la papeleta antes del cierre. En lo que concierne a la Diada, esa mayoría nunca ha sido tal. Las manifestaciones independentistas que, año tras año, han recorrido la Ronda de San Pedro nunca han reunido a más de 5.000 personas. Las crónicas dan cuenta de lo mal avenidas que estaban. Lógico, si se tiene en cuenta que los nacionalistas quieren a su país, sí, pero a un país siempre es posible quererlo un poco más que el adversario. Los violentos encontronazos entre los militantes del MDT-PSAN y el MDT-IPC se reeditarían años después con la pugna entre ERC y el PI de Pilar Rahola, que fue, durante los mustios noventa, el gran aliciente de la festividad.

No consta en el periódico que el 11 de septiembre de 2001 hubiera manifestación, aunque bien es verdad que el 11-S convirtió los planes de la humanidad en un asunto de importancia relativa.

A pesar de su carácter local, cualquier corte diacrónico de la Diada arroja algo de luz (bien que pálida) acerca del mundo. Al modo cazurro de esta clase de acontecimientos, el trasluz de la manifestación permite apreciar, por ejemplo, el impacto de la Guerra de los Balcanes. Ahí están, solidarizándose con el pueblo de Bosnia como si las matanzas acaecidas en la ex Yugoslavia no fueran un acto estrictamente patriótico.

Por lo demás, la única huella cierta e inexorable que el progreso ha dejado en la Diada es la desaparición, a principios de los noventa, de los séquitos de los partidos comunistas extraparlamentarios. A diferencia de la patria, la realidad siempre ha tenido mal querer.

(A Horacio Vázquez-Rial, in memoriam).

***

A partir de media tarde y tal cual ya hemos reseñado previamente, numerosos barceloneses acudieron en torno a la plaza del obispo Urquinaona dispuestos a participar en la convocatoria unitaria formulada por la comisión organizadora de la Diada. Una hora antes de la anunciada para la manifestación, sobre las19 horas, la guardia urbana había ya cerrado a la circulación rodada la misma plaza Urquinaona, así como la Vía Layetana, las calles Fontanella y Ausias March, al igual que algún tramo de otras calles próximas al lugar de concentración en donde se apreciaban, junto a numerosas senyeras, profusión también de otras banderas y estandartes de organizaciones políticas y sindicales así como pancartas con los slogans de "volem l'Estatut".
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1978)

La manifestación unitaria que recorrió las calles de Barcelona convirtió la Diada Nacional de Catalunya en un clamoroso refrendo del Estatut de 1979. Bajo el lema "Ara més que mai, un sol poble" y "Afermem l’Estatut", entre 300.000 y 350.000 personas según la Guardia Urbana, y más de 600.000 según el comité organizador, participaron en perfecto orden en la gran concentración. Una vez más, miles y miles de ciudadanos de Cataluña dieron muestras de su sentido de responsabilidad a la hora de demostrar los anhelos de un pueblo. 
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1979)

Aunque con ostensible diferencia respecto a años anteriores, los ciudadanos de Barcelona respondieron en gran número a la crida unitaria de la Diada. A lo largo de la ronda de San Pedro unas cien mil personas desfilaron ayer ante el monumento a Rafael de Casanova, en un mar de banderas y pancartas. Ningún incidente empañó la jornada festiva de ayer que, un año más, constituyó una demostración de civismo y de catalanidad.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1980)

Numerosas flores y ramos fueron depositados durante toda la Diada y por la noche anterior en el Monumento a Rafael de Casanova, por personas, partidos, entidades y asociaciones, en un incesante desfilar. El paso de la marcha de la Diada sólo registró un incidente por la tarde al ser lanzado un artefacto sin consecuencias, y por la mañana el intento de manifestación que tras el acto en el Fossar de les Moreres fue disuelto por la policía.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1981)

Serios incidentes se produjeron alrededor de las ocho y media de la noche de ayer, delante de la estatua de Rafel Casanova, casi al término de la manifestación que había sido convocada en la Ronda de Sant Pere por partidos y sindicatos con motivo de la Diada Nacional de Cataluña. Al menos tres militantes socialistas resultaron heridos levemente y atendidos por los servicios de la Cruz Roja. 
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1982)

Alrededor de veinticinco mil personas asistieron a la manifestación reivindicativa que se desarrolló delante de la estatua de Rafael Casanova, en la Ronda de Sant Pere. PSUC, ERC, PCC y Nacionalistes d'Esquerra reunieron un número similar de personas en sus respectivos cortejos: cinco mil en cada caso, a los que hay que sumar los más reducidos de MCC y LCR, así como un numeroso grupo independentista vinculado al Moviment de Defensa de la Terra. [...] La manifestación discurrió con toda normalidad, cada cortejo con sus respectivas consignas. Al final de la marcha se quemó una bandera española, junto a la estatua de Rafael Casanova. 
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1983)

Tras una gran pancarta con el lema "Pel ple autogovern, la pau i el treball", los principales líderes del PSC, PSUC, ERC, CCOO y UGT, encabezaron la manifestación central que recorrió Barcelona desde la plaza de Urquinaona hasta elmonumento a Rafael Casanova. Uno de los gritos más coreados por las Joventuts Socialistes fue el de "OTAN no, bases fuera". La manifestación convocada por la Crida discurrió teniendo como eje central la reivindicación del derecho a la autodeterminación. La última de las convocatorias había sido realizada por el Partit dels Comunistes de Catalunya, Entesa de l’Esquerra de Catalunya y el Partit Social Demócrata. [...] Una vez disueltas las tres marchas, varias decenas de personas se atrincheraron con vallas retiradas de las proximidades del monumento barcelonés a Rafael Casanova, gritando consignas independentistas y contra el Ejército y las Fuerzas de Orden Público.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1984)

Por la tarde, alrededor de 35.000 personas, según datos de la Guardia Urbana, participaron en las tres manifestaciones convocadas por fuerzas de izquierda e independentistas. Todas siguieron el mismo recorrido, desde la plaza Urquinaona hasta la estatua de Rafel Casanova. [...] Al término de las manifestaciones, diversos grupos, pertenecientes en su mayoría al Moviment de Defensa de la Terra, provocaron algunos disturbios en la Rambla y diversas calles del Eixample cercanas a la plaza Cataluña.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1985)

Con la falta de unidad política que viene siendo norma durante los últimos años en estas conmemoraciones del Onze de Setembre, la Diada de Cataluña se afianzó ayer en el carácter festivo que paulatinamente está adquiriendo. Sin embargo, en Barcelona y Girona hubo incidentes de cierta gravedad provocados a primeras horasde la noche por grupos de independentistas. Por lo demás la jornada estuvo marcada por una asistencia de ciudadanos a los actos convocados por partidos e instituciones menor que en anteriores conmemoraciones. Muchos barceloneses eligieron el día no laborable para prolongar el fin de semana.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1986)

Concluyeron con incidentes las dos únicas manifestaciones de la Diada, convocadas ayer por la tarde por las organizaciones independentistas Crida a la Solidaritat y las dos fracciones del Moviment de Defensa de la Terra (MDT). A las once de la noche, la Policía habia detenido a 33 personas –dos menores de edad– por los enfrentamientos registrados ante el Gobierno Civil y en el centro de la ciudad.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1987)

Al mediodía, la manifestación convocada por Iniciativa per Catalunya (IC) y Comisiones Obreras se desarrolló sin ningún incidente de importancia y en un ambiente de serenidad reivindicativa. Participaron alrededor de 3.000 personas e iba encabezada por una pancarta con el lema "Més poders per una Catalunya de tots", que llevaban, entre otros líderes de IC, Rafael Ribó, Josep Lluís López Bulla, Jaume Nualart y Mariá Pere, reivindicando el derecho a la autodeterminación. (...) Por la tarde, entre las 5 y las 7, realizaron el mismo recorrido las manifestaciones convocadas por Esquerra Republicana de Catalunya, la Crida, las dos ramas del MDT, el Moviment Comunista de Catalunya y la Lliga Comunista Revolucionària. Los enfrentamientos registrados durante la mañana entre las dos ramas del MDT impidieron un lema unitario y motivó que la manifestación de la Crida se situara entre la de las dos facciones del MDT para evitar posibles incidentes.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1988).

Por la tarde, en la confluencia de la ronda de Sant Pere con la plaza Urquinaona se iniciaron tres manifestaciones con una asistencia de unas tres mil personas. En la primera, participaron la Crida yel MDT, a los que se unieron las Joventuts d’Esquerra Republicana. La Joventut Nacionalista de Catalunya –organización juvenil de CDC– se descolgó de esta marcha, convocada bajo el lema "Avancem cap a la independéncia". Tanto ésta como las otras dos manifestaciones –protagonizadas por Catalunya Lliure y el Moviment Comunista de Catalunya y la Lliga Comunista Revolucionària– discurrieron con notmalidad hasta su división ante la estatua de Casanova.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1989)

La manifestación que recorrió por la tarde el centro de Barcelona (...) consiguió unir a fuerzas políticas y cívicas como Esquerra Republicana, el PCC, La Crida o el MDT bajo un lema ("Per l’exercici del dret a la autodeterminació") que trajo la memoria el polémico debate que el pasado invierno acaparó buena parte del interés político catalán y español. La Diada puso también de manifiesto, sin embargo, que la reconciliación entre Catalunya Lliure y el MDT –las dos formaciones que se disputan el calificativo de "brazo político" de Terra Lliure– es prácticamente imposible en la actualidad.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1990)

Por la tarde, la militancia de ERC constituyó el núcleo principal de la manifestación celebrada en el centro de Barcelona y convocada junto a La Crida, que reunió a unas nueve mil personas. Encabezando la marcha, en la que se veían banderas de Lituania, y bajo el lema "Som una nació. Autodeterminació", se encontraban además los dirigentes de las organizaciones convocantes, los dos diputados lituanos y el vicealcalde de Lubliana (Eslovenia), además de delegaciones de EA, el Partit Socialista de Mallorca y Unitat del Poblé Valencia. La Crida aprovechó la Diada para expedir más de un millar de pasaportes catalanes al precio de 1.200 pesetas. 
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1991)

El recuerdo de los detenidos por su presunta vinculación a Terra Lliure fue el denominador común de los numerosos actos independentistas, que culminaron con la concentración en la plaza de Urquinaona de unas diez mil personas que participaron en las diversas manifestaciones convocadas. La presencia en primera fila de familiares de presos dio a las marchas independentistas un cierto carácter de manifestación unitaria. El grupo más numeroso fue el formado por ERC y la Crida, que desfiló bajo el lema "Independencia és democracia". También destacó la nutrida representación del PCC, que se manifestó precedida del MDT y Catalunya Lliure.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1992)

La manifestación convocada por ERC y diversos grupos extraparlamentarios reunió a unas 9.000 personas –según la Guardia Urbana–, que hacia las 18 horas iniciaron el recorrido desde la plaza Urquinaona hasta la estatua de Rafael Casanova, sin incidentes. El grueso de la marcha eran los simpatizantes de ERC, encabezados por sus líderes, que portaban una pancarta con su lema de esta Diada: "Independencia es progreso". Otro grupo numeroso fue el de la Assemblea d'Unitat Popular, que gritó a favor de Terra Lliure.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1993)

Al margen de las celebraciones institucionales, hubo también las habituales concentraciones en el Fossar de les Moreres y, por la tarde, la manifestación independentista liderada por ERC con unos 4.500 participantes según la Guardia Urbana. A última hora tampoco faltaron los incidentes en la Rambla protagonizados por grupos de incontrolados.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1994)

La concentración por Bosnia no fue la única que llenó por la tarde las calles del centro de Barcelona. Otra manifestación de características muy distintas, la convocada por ERC, congregó a varios miles de personas. Como siempre, los organizadores y la Guardia Urbana no se pusieron de acuerdo. Para unos, los asistentes fueron más de 30.000. Para los otros, no superaban los cinco mil.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1995)

Ya por la tarde, y desde la plaza Catalunya hasta el monumento a Rafael Casanova, se celebró la manifestación independentista, formada por diversos grupos que iban a su aire, que por momentos transcurrió bajo la lluvia. Según fuentes de la Guardia Urbana citadas por Europa Press, todos los grupos congregaron entre cinco y seis mil personas. El único partido parlamentario que estuvo presente fue ERC que reunió el mayor número de manifestantes, unos cuatro mil. La primera fila estaba formada por Àngel Colom y los principales dirigentes republicanos, de los cuatro sectores que conforman el partido, que llevaban una gran pancarta con el lema "Catalunya, Estat d'Europa".
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1996)

ERC superó al PI en la manifestación independentista celebrada ayer por la tarde en Barcelona. Los manifestantes recorrieron el centro de la ciudad en bloques separados. Uno estuvo formado por el PI que congregó mil simpatizantes según la Guardia Urbana y dos mil según los organizadores. El grueso de la marcha de ERC estaba formado por cinco mil personas según la Guardia Urbana y diez mil según el partido republicano. El lema de ERC, cuyos seguidores llevaban un globo aerostático de tres pisos de altura que representaba a Felipe V puesto cabeza abajo, fue "Una nació amb estat, un poble amb llengua".
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1997)

ERC ha vuelto a ganar este año, como ya ocurrió en la Diada de 1997, su pulso con el PI en lo que se refiere al poder de convocatoria en la manifestación indpendentista que en la tarde de ayer partió de la plaza Catalunya hasta el monumento a Rafael Casanova. Seis mil personas, según la Guardia Urbana, participaron en esta manifestación que estuvo formada por tres bloques separados. El sector que abría la marcha estaba integrado por unos 300 jóvenes de grupos extraparlamentarios como JIR (Joves Independentistes Revolucionaris), PUA (Plataforma d’Unitat d’Acció) y Maulets. El segundo bloque estaba formado por el PI, cuyos responsables dijeron que habían agrupado unas dos mil personas. ERC cerraba la marcha con cinco mil participantes según sus cifras. (...) "Cap a la independéncia" era el lema de la pancarta del partido que lidera Angel Colom. "Cap a la independéncia i el progrés" era el lema del partido que encabeza Josep Lluís Carod-Rovira.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1998)

ERC ha vuelto a salirse este año del guión establecido de manera generalizada en la política catalana y ya es el único partido parlamentario que celebra la festiva Diada con una manifestación reivindicativa a las cinco de la tarde. ERC, además, también se sale del guión que, a su entender, trazan las fuerzas lideradas por Jordi Pujol y Pasqual Maragall. Ayer fueron seis mil los manifestantes, según los organizadores. Según la Guardia Urbana, fueron cinco mil, entre los seguidores de ERC y otros pequeños grupos extraparlamentarios que, bien separados, recorrieron el tramo comprendido entre la plaza Urquinaona y el monumento a Rafael Casanova, bien cubierto de flores a aquellas horas.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1999)

Unas 3.600 personas según la Guardia Urbana –diez mil según los organizadores– participaron ayer tarde en las dos manifestaciones convocadas por Esquerra Republicana de Catalunya y varias organizaciones de carácter independentista, y que transcurrieron sin incidentes por el centro de Barcelona. Ambas comitivas estaban convocadas en la plaza Urquinaona sobre las cinco de la tarde, pero, pese al similar aire reivindicativo, desfilaron separadamente. [...] Hubo pocos incidentes, más bien gamberradas, y de escasa importancia: un grupo, al pasar ante la estatua de Rafael Casanova, cogió la ofrenda floral del PP y la destrozó.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2000)

La edición del 12 de septiembre de 2001 no da noticia de la habitual manifestación.

Por la tarde, un total de 12 personas fueron detenidas en Barcelona tras diversos incidentes aislados –como la quema de contenedores o los daños al mobiliario urbano– después de la manifestación independentista.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2002)

Por la tarde, la convocatoria de ERC reunió a unas 6.000 personas, según cálculos de la Guardia Urbana, mientras que Esquerra estimó que fueron unos 10.000 los manifestantes que recorrieron el trayecto entre la plaza de Urquinaona y el monumento a Rafael Casanova.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2003)

La manifestación independentista que cada año se celebra en el centro de Barcelona con motivo de la Diada reunió ayer a unas siete mil personas, según fuentes de la Guardia Urbana. Los manifestantes, convocados por ERC, gritaron lemas en contra de la Constitución europea y a favor de la independencia de Catalunya.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2004)

Alrededor de 5.500 personas, según fuentes de la Guardia Urbana, se manifestaron ayer por la tarde en el centro de Barcelona. Al acto independentista acudieron diferentes partidos y asociaciones políticas, entre las que destacaban –por el número de sus participantes– ERC y JNC, rama juvenil de Convergència. En la marcha, que se inició a las 17.30 horas en la plaza Urquinaona y llegó hasta el Arco del Triunfo, se pudieron ver diferentes pancartas, como la tradicional –y siempre en inglés– "Catalonia is not Spain" (Catalunya no es España), la portada por ERC que rezaba "Por un nuevo Estatut y Financiación Justa para la Catalunya social", o la del grupo Maulets: "No a l'Estatut, sí a la independència", que mostraban los diferentes sectores y sensibilidades existentes en el independentismo catalán.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2005)

Miles de manifestantes, unos 20.000 según los organizadores, participaron ayer por la tarde en Barcelona en una manifestación por la independencia de Catalunya convocada por diversas organizaciones, entre ellas Esquerra Republicana, cuyos dirigentes encabezaron la marcha.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2006)

Unas 8.000 personas, según la Guardia Urbana, participaron ayer tarde en la tradicional manifestación independentista que se celebra cada año en Barcelona con motivo de la Diada. Durante la marcha se han oído consignas a favor de la independencia de Catalunya y de las selecciones deportivas catalanas. Un año más, la marcha se ha dividido en dos bloques: el de los convocados por ERC, que esta vez ha logrado reunir a menos simpatizantes que en otros años, y el formado por simpatizantes de otros partidos y colectivos de izquierda e independentistas, como EUiA, Maulets, Endavant o el PSAN.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2007)

La tradicional manifestación independentista de la Diada, que reunió ayer por la tarde en el centro de Barcelona a unas 5.000 personas, acabó con incidentes. Un grupo reducido de encapuchados irrumpió al final de la marcha y quemó fotografías del Rey. También fueron quemadas banderas de España y Francia. Esquerra Republicana se desmarcó del incidente y los partidos parlamentarios lo "condenaron" (PSC) o "lamentaron" (CiU), pero sin darle mayor trascendencia política.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2008)

Catorce mil personas, según la Guardia Urbana, secundaron la marcha que partió de la plaza Urquinaona con la participación del presidente del Barça, Joan Laporta, y el alcalde de Arenys de Munt. Bajo el lema "Construïm un Estat propi", la marcha transcurrió con ambiente festivo. Por el contrario, en la manifestación de los colectivos radicales, cuatro independentistas acabaron quemando una bandera española y una francesa.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2009)

Mucha más beligerante fue la manifestación independentista que reunió a varios miles de personas en el centro de Barcelona. Juntos –pero no revueltos–, partidos y asociaciones independentistas marcharon por el centro de Barcelona. Al final del acto, en el Fossar de les Moreres, dos encapuchados subieron a la tarima donde se había leído el comunicado de la manifestación y quemaron un foto del Rey. Puño en alto, capucha y ropa deportiva. Estética y ética borroka que emularon minutos después cuatro individuos que en el mismo escenario prendieron fuego a una bandera de España.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2010)

Medio centenar de personas asistieron ayer al mitin organizado por la Comisión Independentista Fossar de les Moreres, y en el que también participaron representantes independentistas valencianos, vascos y corsos. Entre ellos, Txelui Moreno, portavoz de la izquierda abertzale, que resaltó en su discurso la necesidad de plantear otro modelo territorial del Estado.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 2011)

No sólo Barcelona, de cuya demostración cívica y patriótica mostramos nuevas fotos en esta página, fue la urbe en que Cataluña demostró sus sentimientos. Otras capitales, ciudades, pueblos y hasta aldeas quisieron resaltar el significado del 11 de septiembre de 1714: el levantamiento de todo un pueblo contra la injusticia y la libertad [sic] a pesar de tener plena conciencia de que la victoria era casi imposible y que la derrota iba a ir acompañada de la opresión, opresión que al llegar 1977 desaparece con un horizonte de esperanza cuya meta es conseguir la tan anhelada tierra prometida.
(La Vanguardia, 12 de septiembre de 1977)

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