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José Manuel Puertas

Ayón provoca un escenario inesperado

El Real Madrid necesitaba un baño de confianza como el que se dio ante el Barcelona desde que acabó la temporada pasada. Vencer a Valencia Basket supuso un primer paso, pero endosar una paliza meridiana al eterno rival le viene de lujo al proyecto blanco.

El Real Madrid necesitaba un baño de confianza como el que se dio ante el Barcelona desde que acabó la temporada pasada. Vencer a Valencia Basket supuso un primer paso, pero endosar una paliza meridiana al eterno rival le viene de lujo al proyecto blanco.
Gustavo Ayón trata de hacerse hueco ante el Barcelona. | EFE

La resolución de la Supercopa Endesa, con la rotunda victoria del Real Madrid, nos ha llevado a un escenario seguramente poco previsible en las fechas previas a la celebración del torneo que abre la temporada ACB. El triunfo del equipo blanco entraba lógicamente dentro de los pronósticos, en los que lo único que hubiera sido una gran sorpresa habría sido el hecho de ver al equipo anfitrión alzar el trofeo, pero no una victoria de los madrileños, del Barça, o del mismo Valencia Basket, que este año volverá a estar en el furgón cabecero de la competición nacional, a poco que las lesiones le respeten.

Pero lo que sí que resultó inesperado fue la forma en la que el Real Madrid destrozó al Barcelona en la final. Bien es cierto que los de Xavi Pascual suelen empezar las temporadas muy poco a poco, alcanzando su punto álgido de forma a partir de la disputa de la Copa del Rey en febrero, así como que los catalanes han cambiado buena parte de su columna vertebral, incorporando a nombres tan importantes como Doellman, actual MVP de la ACB, Satoransky, Pleiss, o un DeShaun Thomas que fue de lo más destacado de los azulgrana el sábado, pero tampoco parece que el Real Madrid llegara a la cita sobrado de preparación, con cinco fichajes y aún más tras la incorporación de Gustavo Ayón apenas cinco días antes.

El Real Madrid necesitaba un baño de confianza como el que se dio ante el Barcelona desde que acabó la temporada pasada. Vencer a Valencia Basket supuso un primer paso, pero endosar una paliza meridiana al eterno rival le viene de lujo al proyecto blanco. Incluso Pablo Laso, que tan mal lo ha pasado en las últimas semanas, sonrió y bromeó ante la prensa tras el triunfo, relajado como hacía semanas que no estaba. Volver a creer en sí mismo sería lo mejor que le podía pasar a este equipo, que hizo historia el año pasado pero que se quedó a las puertas de entrar en el Olimpo cuando quizá menos se esperaba. Así que, si recupera las sensaciones del curso anterior, el equipo merengue puede volver a comenzar como un tiro la temporada. Está por ver, y por demostrar, si puede llegar como ese mismo tiro a mayo. Eso sería entrar en el monte de los dioses griegos.

Pero más allá de las sensaciones, del enorme acierto en el triple de los de Laso (ya se sabe que los triples un día entran y otro no tanto), el Real Madrid mostró haber aprendido de algunos errores del pasado. Cierto es que Tomic hizo mucho daño en la zona en la primera parte, pero también que la presencia de Gustavo Ayón dota al equipo blanco de una consistencia defensiva enorme en las posiciones interiores, como se pudo ver en uno de los puntos débiles del equipo desde la llegada de Pablo Laso: la defensa del pick&roll central, jugada donde en las últimas campañas el Barcelona, con la dupla Huertas-Tomic, y Olympiakos y Maccabi en las dos dolorosas finales de Euroliga, hicieron literalmente añicos al Madrid.

Y es que la presencia de Ayón dota al conjunto blanco de una estructura desconocida hasta el momento: un pívot grande (209 centímetros), móvil, y con el conocimiento necesario del juego en defensa. Hasta ahora, Begic y Bourousis han sido demasiado lentos, sobre todo el esloveno, Mejri está verde en conocimiento del juego, y Slaughter, el más rápido de ellos, no tiene la presencia física necesaria para dominar el juego desde atrás, igual que Felipe Reyes. Ayón parece el nombre perfecto para dar un plus a la defensa del Real Madrid, como si hubieran metido a todos en una cocktelera y hubiera aparecido el mexicano, que además en ataque mejora con mucho a Slaughter, el gran perjudicado con la llegada del Titán de Nayarit. En la final de Vitoria, varios intentos de alley oop azulgrana tras el bloqueo y continuación central fueron cortados de raíz, lo que supone un gran primer paso. Falta ahora ver que los blancos sean capaces de limitar el daño que jugadores pequeños como Spanoulis, en Londres, y Ricky Hickman o Tyrese Rice, en Milán, le hicieron tras recibir el bloqueo del pívot en el poste alto. Si lo consiguen, los de Laso estarán más cerca de la ansiada Euroliga, que como dejó claro Nocioni tras el partido parece el único objetivo de la temporada. Pero el camino es muy largo hasta eso, aunque la primera piedra del camino no pudo ser resulta de mejor forma que con el enorme baño de confianza que se han dado los blancos en la Supercopa.

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