Por lo visto, también Camacho, la estricta gobernanta del PPC, participa de ese entusiasmo militante por las perogrulladas encadenadas que sirve para distinguir a los tertulianos del subgénero verborreico-narcisista y demás charlatanes incontinentes de la gente que almacena algo más que serrín en la cabeza. Así, frente la evidencia de que una ley orgánica obligará a Zapatero a modificar el modelo de financiación autonómica antes del nueve de agosto, la doña ha dado en convocar urgentemente a la prensa con tal de revelarnos que "el Partido Popular cree que se debe producir de manera inmediata la revisión del modelo de financiación, en Cataluña y en toda España".
Fiel a sí misma y, por tanto, aún no contenta tras haber hecho pública tan extraordinaria exclusiva, la Camacho se ha apresurado a apostillar que exigirá del Estado "más recursos y más dinero". Advertido queda Solbes: Alicia no cerrará esa boquita de piñón que Dios le ha dado si Cataluña recibe un aumento del dinero que no vaya acompañado del correspondiente incremento de los recursos, ni tampoco callaría en el caso de que Madrit nos enviase más dinero, pero nos redujera al tiempo los recursos. El que avisa no es traidor.
En fin, gansadas retóricas al margen, lo más estupefaciente aún estaba por llegar. Y es que, sin solución de continuidad, la heredera de Piqué propuso formalmente que "todas las formaciones catalanas" adopten "una posición común" con tal de presionar al Gobierno de España en ese metafísico asunto de la pasta; aunque, eso sí, su ocurrencia pasa por retozar juntos y revueltos pero "al margen del Estatuto".
Vaya, que la representante de la derecha presuntamente española ansía montar un híbrido entre la Solidaritat de Cambó, el Frente Popular y la Assemblea de Catalunya, con ella misma encarnando el muy lucido papel de Federica Montseny y el pobre Dani Sirera disfrazado de Raimon (Pelejero), con un peluquín y una guitarrita acústica, berreando a los cuatro vientos: No, jo dic no, diguem no. Nosaltres no som d'eixe móm. Y todo eso, en el bien entendido de que semejante circo criptonacionalista deberá maquinarse no sólo al margen, sino también contra la ley.
Pues, para la Camacho, tan prioritario es conseguir una financiación diferenciada como que se violen ciertas normas legales en vigor que han sido votadas y aprobadas por el Parlamento; verbigracia, esos artículos del Estatut que establecen claramente que la financiación catalana se pactará de forma bilateral con el Estado y al margen de lo establecido para las demás Comunidades Autónomas (guste o no, eso es lo que hay).
Y pensar que apenas lleva dos semanas en el carguito.