Menú
José García Domínguez

Toni Cantó tenía más razón que un santo

El tribuno Cantó había osado decir la verdad a propósito de las denuncias falsas por violencia de género que atestan los juzgados españoles.

El tribuno Cantó había osado decir la verdad a propósito de las denuncias falsas por violencia de género que atestan los juzgados españoles.

Hace unos días, la España bienpensante dictó sentencia de muerte civil contra el diputado Antonio Cantó por un delito tipificado de lesa corrección política. Ocurre que el tribuno Cantó había osado decir la verdad a propósito de las denuncias falsas por violencia de género que atestan los juzgados españoles. Apenas erró en el porcentaje exacto, su único desencuentro con la realidad en todo ese asunto. Así las cosas, solo la urgente rectificación, humillándose raudo ante sus acusadores, ha frenado la ejecución simbólica del reo tras haber sido paseado ya por el cadalso de los medios de comunicación.

Y sin embargó, Cantó tenía razón: parte muy significativa de las denuncias son falsas. No obstante, todo el mundo, empezando por él mismo, ha preferido dar crédito a una trola estadística inverosímil, a saber, que a la intención torticera de las mujeres obedecerían el 0,0096% de los casos instruidos. Esto es, que la práctica totalidad de los varones señalados serían culpables. Una tasa que nunca antes en la historia de la Humanidad, ni siquiera en los procesos ante el Tribunal de la Santa Inquisición en plena Edad Media, llegaría a alcanzarse. Nunca. Cualquiera que hubiese frecuentado un libro de estadística en el colegio tendría que saber imposible semejante ratio. Y que tamaño embuste haya colado demuestra el poder idiotizador de ese sucedáneo blando del totalitarismo que hoy responde por corrección política.

Huelga decir que la verdad para nada se compadece con las fantasías aritméticas que propala el Consejo General del Poder Judicial. Al punto de que es el propio CGPJ quien desmiente las falacias de género del CGPJ. Que el 62,2% de las sentencias emitidas en 2012 fueron condenatorias, anunció a bombo y platillo el mismo organismo en otro papel. Un dato que solo deja abiertas dos posibilidades a la lógica, a cada cual más turbadora. Porque o los jueces prevaricaron en el restante 37,8% de las sentencias que resultaron ser absolutorias. O nada menos que el 37,8% de las acusaciones presentadas contra los hombres eran arbitrarias por carecer de soporte probatorio. Creo que fue Andy Warhol quien auguró que muy pronto viviremos en una época en la que todo el mundo podrá decir lo que piensa porque todo el mundo pensará lo mismo. Aquí ya estamos a cinco minutos de esa distopía.

Temas

En España

    0
    comentarios

    Servicios

    • Radarbot
    • Libro
    • Curso
    • Escultura