Una ancestral tara hispana sólo en apariencia superada, nuestro secular complejo de inferioridad, ha vuelto a dar penosos indicios de vigencia en los últimos tiempos. Primero, con la súbita erupción de rancio patrioterismo que suscitó cierto comentario de Sarkozy a propósito del nada misterioso calibre intelectual del presidente del Gobierno. Y ahora, con ese video electoral que acaba de hacer público el PSOE, el que catapulta la muy cateta fascinación doméstica por Obama hasta extremos de vergüenza ajena inimaginables en cualquier otra latitud.
Después de verlo, Bienvenido Mister Marshall parece fruto de un atormentado Ingmar Bergman en plena crisis metafísica y existencial. Y es que, por poco sentido del ridículo que aún conserve López Aguilar, debería ponerse colorado cada vez que se emita ese spot identificando a un tipo de Chicago, incapaz con toda seguridad de localizar España en un mapa mundi, con el único y genuino candidato socialista en las Europeas.
Al respecto, Ferraz ha proclamado en nota oficial de prensa que "el video quiere incidir en que en las elecciones europeas se juegan dos visiones del mundo, la socialdemocracia y el neoconservadurismo". Aunque cualquiera diría que los únicos llamados a enfrentarse en esta campaña son el viejo homo sapiens, anacrónica figura que se guiaba por el mundo a través de abstracciones conceptuales, y esa criatura contemporánea que Giovanni Sartori bautizó homo videns, fatal mutación genética del anterior e incapaz ya de comprender concepto alguno que no esté representado por dinámicas y coloristas imágenes televisivas.
Sólo así, por cierto, cabría entender el lerdo, indocumentado empeño de presentar esa corriente de pensamiento, el neoconservadurismo norteamericano, como feroz enemiga del Estado del bienestar. Supina ignorancia, la de los publicistas del PSOE, que desconocen que tanto Leo Strauss como Irving Kristol, Wolfowitz o Norman Podhoretz, sus principales teóricos, se caracterizan precisamente por todo lo contrario: por asumir desde el Partido Republicano la herencia intelectual del New Deal de Roosevelt.
Con desolada lucidez certifica Sartori: "La televisión produce imágenes y anula los conceptos, de ese modo atrofia nuestra capacidad de abstracción y con ella toda nuestra capacidad de entender". "Ahora el partido se juega en Europa", concluye, por su parte, el vídeo del PSOE. En el zoo, justo al lado de la jaula de los chimpancés, le falta confesar.
José García Domínguez
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Obama se afilia al PSOE
Por poco sentido del ridículo que aún conserve López Aguilar, debería ponerse colorado con ese spot identificando a un tipo de Chicago, incapaz de localizar España en un mapa mundi, con el único y genuino candidato socialista en las Europeas.
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