El diario El País informaba el domingo 5 del ascenso de la cadena Fox News, que se ha hecho un hueco en audiencia entre las grandes cadenas, pese a contar con menos cobertura que éstas. Un éxito que le permite ser la cadena de referencia para un 25% de las familias estadounidenses, según un informe del instituto PEW. Tras la cadena de Rupert Murdoch se sitúa la CNN, que en su momento revolucionó el panorama informativo con su fórmula de información 24 horas al día en un canal por cable, y que ahora informa regularmente al 22% de las familias. Más distanciada se encuentra MSNBC, con un 11%. ¿De dónde proviene este éxito para una cadena que se inició hace tan solo ocho años?
Una parte de este éxito se debe precisamente a su posición ideológica conservadora. Tres estudios recientes atestiguan que los medios de comunicación nacionales, televisiones y periódicos, se sitúan a la izquierda del público general. Uno del mismo instituto PEW, que pone de manifiesto que, mientras que el 20% de la población se define como progresista, el 34% de los periodistas se identifican como tales. La disparidad se hace especialmente llamativa en el caso de los conservadores, el 33% de la población pero el 7% de los periodistas en medios nacionales. Otro realizado por dos economistas estudiaba el sesgo en el tratamiento de los datos económicos, según la administración fuera demócrata o republicana. La conclusión es que "en su conjunto los resultados muestran que, por lo que se refiere a la medida en que la cobertura parece favorecer a un partido o a otro, favorece a los Demócratas, lo que se mantiene para los 389 periódicos que están en la base de datos Nexis/Lexis, así como para los 10 periódicos que examinamos de 1991 a 2004. También hemos hallado esto en los cuatro periódicos más Associated Press que hemos podido examinar de 1985 a 2004. No hay ninguna evidencia de que ningún periódico individual o grupo de periódicos favorezca sistemáticamente a los Republicanos".
Un tercer estudio, publicado hace un año por la Universidad de Yale, optó por una metodología ingeniosa, haciendo recuento de los think tanks que citan los congresistas Republicanos y Demócratas, de modo que hallan si dichos institutos están a la izquierda, en el centro o a la derecha. En un segundo paso observan qué think tanks citan los medios de comunicación, lo que les sitúa a éstos ideológicamente. La conclusión es congruente con los otros dos estudios citados: "todas las emisiones de los medios de comunicación, a excepción de Special Report de Fox News y Druge Report, tienen un escoramiento a la izquierda del centro del Congreso. Eso es cierto ya se usen citas o frases como el nivel de observación, o si uno define el centro del Congreso como la media o la mediana, de la Casa de Representantes o del Senado". Este sesgo de los medios ha dejado un hueco que ha aprovechado Fox News con enorme éxito.
Las tres grandes cadenas han perdido un 33% de su audiencia desde 1991, en congruencia con la falta de sintonía con una parte importante de la sociedad. A ello hay que añadir un creciente desprestigio por parte de sus informativos. Más allá de la plasmación de una forma de ver las cosas, las grandes cadenas han caído en ocasiones en manipulaciones inaceptables de la información que han llevado al hartazgo y la desconfianza de muchos. Los ejemplos son múltiples, pero el más destacado de todos ellos ha sido el rathergate: Dan Rather, de la CBS, se saltó todas las precauciones a la hora de verificar unos documentos que acusaban al Presidente de haber sido favorecido por nepotismo en el ejército. Rather no solo no comprobó si eran verdaderos, sino que guardó la información durante meses, para sacarla en plena campaña electoral. Los bloggers mostraron la falsedad de dichos documentos y el prestigio que le restaba a Dan Rather se diluyó en pocos días. Recientemente ha anunciado su retirada.