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Joan Valls

Basagoiti en Tara

Mientras Basagoiti sigue reforzando la figura de López con su sobreactuado papel de poli malo, sería bueno recordar que hoy se cumplen catorce meses de uno de los espectáculos más bochornosos y humillantes que se recuerdan en el norte de España.

No es el presidente de la cosa ni el que va a cortar el bacalao en el País Vasco, pero sus intervenciones en los programas de la COPE ya casi superan en número a las del ciudadano Marhuenda. Basagoiti se lo ha creído o, al menos, pretende que nos lo creamos. Poco importa que perdiera un tercio de los votos que su partido logró en 2005, o que el PSE duplique en escaños a su formación. Uno cierra los ojos, escucha a Basagoiti y parece enteramente la versión 2.0 de Guerra. Porque López durará lo que exija la aritmética parlamentaria tras las próximas generales, pero, desde luego, ejercer el papel de bueno le va a facilitar enormemente las cosas. La boca de Basagoiti es una bendición para PSE y PNV.

Como en política la ingenuidad y la impresión son lo único descartable, entonces deberemos temernos lo peor. Porque, ¿para qué querría el ciudadano Basagoiti cargarse a sus espaldas las iras del nacionalismo si ni tan siquiera preside la cosa? ¿Es necesario ejercer de Guerra y presentar, por dualidad evidente, a López como un tipo tranquilo y conciliador, abierto al consenso? ¿Actúa Basagoiti de forma impulsiva o responde todo a una estrategia? ¿Acaso pretende Basagoiti seguir el modelo del tándem Carod-Montilla? ¿O quizá es sólo un cromo engordado para que, cuando llegue el momento, su sacrificio reporte pingües beneficios?

Mientras Basagoiti sigue reforzando la figura de López con su sobreactuado papel de poli malo, sería bueno recordar que hoy se cumplen catorce meses de uno de los espectáculos más bochornosos y humillantes que se recuerdan en el norte de España, representado horas después del asesinato de Isaías Carrasco. Las palabras de María San Gil, defenestrada a los pocos días por los aliados de López, nos ilustran sobre cómo se las gasta el poli bueno: "Nos encontramos con que nada más llegar, ya el señor Buen, al pie de la escalera, nos empezó a increpar y a echar en cara no sé muy bien qué y cuando entramos en la capilla ardiente, con el cuerpo presente, el señor López, en un tono absolutamente desairado y muy elevado empezó a increpar y a meterse con Mariano Rajoy. Ha sido uno de los peores episodios políticos de mi vida".

En 2012, o incluso antes, toca turno pacífico, así que, si al final Rajoy se hace con la presidencia del Gobierno, es muy probable que tenga que pactar con CiU y con el PNV. En las semanas previas a la investidura, se intercambiarán cromos, promesas y renuncias y, probablemente, la cabeza de Basagoiti se vidalquadrice sin rechistar, deslizándose suavemente por las escalinatas de Tara.

Adenda: Declaraciones de Carmelo Barrio, del mismo día que las de San Gil: "Puedes pensar que son los nervios... pero no, era una estrategia, era una pose, era intentar aprovechar ese momento. Lo comentaba con María, hemos vivido momentos brutales, pero eso, que una persona que forma parte del Parlamento vasco te salude de esa manera, te ataque de esa manera... te llena de dolor".

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