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Jaled Abu Toameh

La guerra de Egipto contra Hamás

Hamás, cada vez más aislado, tiene dos opciones: o inicia un nuevo enfrentamiento contra Israel o se enfrenta directamente con el Ejército egipcio.

Hamás, cada vez más aislado, tiene dos opciones: o inicia un nuevo enfrentamiento contra Israel o se enfrenta directamente con el Ejército egipcio.

Durante los últimos dos meses, los egipcios han estado no sólo combatiendo contra los yihadistas del Sinaí, también libran una guerra abierta contra el movimiento palestino Hamás en Gaza. Dicha contienda se libra en dos frentes: en los medios de comunicación y en la frontera entre Egipto y la Franja.

Por lo que respecta a Hamás, se trata de una guerra de supervivencia que no se puede permitir perder, y está claro que está dañando al movimiento islámico palestino mucho más que las dos ofensivas militares que las Fuerzas de Defensa de Israel han lanzado contra Gaza desde 2008.

Representantes de Hamás en el enclave hablan ahora abiertamente de la guerra egipcia, que consideran va encaminada a derribar su régimen. Admiten que no estaban preparados para este enfrentamiento con el mayor Estado árabe, que hasta el pasado junio era su mayor aliado entre los países árabes y musulmanes.

Tras el derrocamiento del presidente Mohamed Morsi, los medios estatales egipcios han convertido a Hamás en el enemigo número uno de la nación. Casi a diario, en algún periódico aparece una historia sobre los intentos del movimiento palestino por debilitar la seguridad nacional egipcia, y sobre su implicación en los ataques terroristas contra el Ejército.

Los portavoces de Hamás en la Franja pasan ahora la mayor parte del tiempo negando esas acusaciones, y acusando a la prensa egipcia de librar una campaña difamatoria no sólo contra el movimiento, sino contra todos los palestinos.

La ofensiva mediática ha ido acompañada de una serie de medidas de seguridad que han convencido a los dirigentes de Hamás de que están en guerra con Egipto.

Aparte de prohibir la entrada en Egipto a los representantes de la organización, las autoridades del país han impuesto estrictas restricciones de viaje a los residentes en la Franja. El paso fronterizo de Rafah, situado entre Gaza y Egipto, ha estado cerrado durante la mayor parte de estos últimos dos meses; las autoridades egipcias han atribuido el cierre a "motivos de seguridad".

Pero la medida más drástica adoptada hasta ahora por los egipcios, y que está afectando mucho a Hamás, es la destrucción de cientos de túneles para el contrabando en la zona limítrofe con la Franja. Los egipcios están creando ahora una zona de seguridad entre el enclave y Egipto, tras haber derruido varias casas y nivelado el terreno en la zona fronteriza.

Estos son los mismos egipcios que solían condenar a Israel por cada ataque militar destinado a evitar los ataques con cohetes procedentes de la Franja de Gaza contra ciudades y pueblos israelíes.

Todas estas medidas han hecho que algunos dirigentes de Hamás se pregunten si Egipto planea lanzar una operación militar en la Franja con el pretexto de luchar contra el terrorismo.

Hamás cree que, como parte de esta guerra, hay agentes de la inteligencia egipcia tras un nuevo grupo llamado Tamarod ("Rebelión"), cuyos miembros han jurado derrocar al régimen islamista de la organización en noviembre. En las últimas semanas, Hamás ha detenido en la Franja a decenas de palestinos sospechosos de estar relacionados con el nuevo grupo, que lleva el mismo nombre que el movimiento egipcio que hizo campaña contra Morsi.

Las medidas de seguridad egipcias han provocado una grave escasez de productos básicos y de combustible en Gaza. Algunos dirigentes de Hamás advirtieron la semana pasada de que la Franja afrontaba una crisis económica y humanitaria como consecuencia de las medidas adoptadas por el Ejército egipcio.

Hasta hace poco, los dirigentes de Hamás se cuidaban de no enfrentarse directamente con los nuevos gobernantes del país vecino. Pero en los últimos días algunos representantes de Hamás han comenzado a considerar las medidas de seguridad egipcias como un acto de guerra contra Gaza.

Por ahora, los egipcios no quieren admitir que están en guerra con Hamás, y prefieren describir sus medidas como parte de una campaña antiterrorista. Por su parte, el movimiento islamista ha asumido el hecho de que está en guerra contra Egipto.

Hamás, cada vez más aislado y acorralado, tiene dos opciones: o inicia un nuevo enfrentamiento contra Israel, para crear presión árabe e islámica sobre Egipto para que detenga su guerra, o se enfrenta directamente con el Ejército egipcio, uniendo sus fuerzas a las de los yihadistas del Sinaí.

© elmed.io

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