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Premio Príncipe de Viana: una afrenta a España

Fue un gobierno socialista el que, en 1993, pidió que el príncipe de Viana, título que corresponde al heredero de la Corona, entregase el premio.

En Navarra el juego de cartas de la política que sobreviene después de las elecciones forales hizo que los derrotados en las urnas se hicieran con el poder y que los ganadores pasaran a una oposición que encabeza el presidente de UPN, José Javier Esparza, compañero mío de pupitre en el colegio y persona extraordinaria.

Desde que la coalición Geroa Bai, Bildu ex HB, brazo político de ETA, con el apoyo de Podemos e Izquierda Unida, derrotados por cierto en las últimas elecciones generales a pesar de haber formado una candidatura unitaria para el Senado, se hiciera con el poder en Navarra no hace otra cosa que gobernar desde el revanchismo y ofender con gestos y acciones a la inmensa ciudadanía que no piensa como ellos. Por supuesto, no facilitar la creación de un solo puesto de trabajo porque quien gobierna desde el rencor es incapaz de un único logro positivo, frenando las grandes infraestructuras que Navarra necesita como es el canal o el tren de alta velocidad, sin el cual volvería a quedar aislada como ya lo fuera en el siglo XIX, o lo más esperpéntico, impidiendo el desarrollo del estudio del inglés en el sistema educativo navarro.

El premio Príncipe de Viana de la Cultura se instituyó en 1990 en honor y recuerdo del príncipe Carlos de Viana, principado que le fue concedido por su abuelo el rey Carlos III de Navarra el Noble, como heredero de la Corona. Carlos, que ha pasado a la historia como príncipe de Viana por antonomasia, fue el autor por ejemplo de la primera historia de los reyes de Navarra, además de uno de los más brillantes humanistas de su tiempo.

Fue un gobierno socialista quien en 1993 pidió a la Casa Real que el príncipe de Viana, título que conforme a la Constitución corresponde al heredero de la Corona de España, fuera quien entregase el premio cada año en el Monasterio de Leyre, donde además se celebra anualmente un funeral por los reyes de Navarra, algunos de los cuales están enterrados allí. Gracias a la presencia de los entonces príncipes y ahora reyes este premio fue adquiriendo fama y prestigio.

Por cierto que uno de los galardonados con el Príncipe de Viana, Daniel Innerarity, candidato derrotado de Geroa Bai la formación que preside Uxue Barcos en las últimas elecciones generales, recibió el premio de manos del príncipe Felipe en 2013. Lo que ha hecho ahora es convertir en nada el premio Príncipe de Viana hasta el punto de que será puramente honorífico, otorgado en Olite, sin dotación económica, es decir, lo ha devaluado. Esta afrenta a España con este desaire a la Corona forma parte del objetivo común de todos los nacionalistas de conseguir lo que ahora llaman la desconexión con España, que en nuestro caso pasa por eliminar toda vocación española de Navarra. El gran objetivo político de este gobierno cuatripartito es crear las condiciones para que Navarra se sume al País Vasco como una de las partes integrantes de Euskalerría y poder reivindicar conjuntamente el derecho a decidir. Esta es la manera que tiene Uxue Barcos de respetar a esa mayoría del pueblo navarro que no comparte su ideología abertzale.

Los políticos que sustentan la Constitución española deberían reflexionar a la vista del ejemplo de Navarra y buscar una solución estable que no ponga en riesgo el prometedor escenario de salida de la crisis.

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