¿Hay algo más camandulero que llamar "interrupción del embarazo" al aborto ó "muerte digna" al suicidio asistido y la eutanasia? ¿Y qué decir de la hipocresía del último Consejo de Ministros de la anterior legislatura dedicado a convertir por decreto en "residuos sanitarios" los restos humanos descuartizados para así velar por el negocio millonario de las clínicas abortivas y que éstas se ahorren el coste de los féretros que deben transportar a los fetos mutilados?
¿No resulta cuanto menos cobarde retirar los soldados españoles de Irak y, acto seguido, votar en la ONU a favor de que todas las potencias envíen más soldados a la zona para solucionar el conflicto? ¿Y qué decir del apoyo a un país que se independiza de forma unilateral con presencia de tropas españolas sin la otrora imprescindible y tan cacareada resolución de las Naciones Unidas que bendiga tan ilegal e ilegítima autodeterminación?
Ya metidos en harinas secesionistas, ¿acaso no es falsario proclamar en el Congreso de los Diputados que "los vascos serán lo que ellos decidan", sacar a De Juana Chaos a darse duchitas con la novia y mentir hasta la saciedad en unas negociaciones con los terroristas negadas mil veces para luego ser reconocidas en aras de "la paz"? Y si pasamos de las actuaciones con los nacionalistas vascos a los ídem catalanes, ¿cómo denominar a quien nunca aprobó un trasvase del Ebro porque lo único que hizo es dar luz verde a una "conducción de agua"?
¿Y cómo se le llama a la negativa a reconocer la crisis económica más importante desde la Segunda Guerra Mundial? ¿Y tachar eufemísticamente a los parados de "trabajadores en situación de dificultad"? ¿Es o no farisaico predicar austeridad y aumentar en un 15 por ciento los altos cargos, amén de subir tres mil euritos por la patilla el sueldo del padre de la ministra de Igualdad, Bibiana Aído y demás afines y enchufados de la Diputación de Cádiz?
¿A alguien le queda alguna duda sobre quién es el tartufo, laicista y radical, para más señas? Zapatero ha batido el récord de enviar al paro a más de medio millón de personas en un año, un hecho éste que no tiene precedentes en la historia reciente de España. Y todavía cree el presidente que tildar de "hipócritas" y "cínicos" a quienes defienden la libertad, la vida y la verdad le libra de que se descubran sus burdas maniobras de lanzar cortinas de humo que disfracen tan cruda realidad.