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Isabel Durán

El espíritu de España

En La Moncloa están muy nerviosos. Cargan con Irak como si su propio chapapote etarra no les fuera a salpicar.

La misma semana en que el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos recibía en calidad de homónimo al responsable de relaciones exteriores de la "nación catalana", millón y medio de personas llegadas desde todos los rincones de España se han echado a la calle con dignidad, educación, mucha firmeza y un gran sentido de España para demostrarle al presidente su colosal error. Cuanto más arrecian las vilezas del Gobierno radical antiespañol, más gentes "de buena fe" dan la espalda PSOE y más se llenan la calles, plazas y esquinas de la malograda España zapateril para ponerse festiva, demócrata y serena contra su principal destructor.

Si la exigua manifestación de la UGT para mayor gloria del Ejecutivo visualizó un mar de banderas blancas, símbolo de la rendición, y muchas republicanas, la de este fin de semana convocada por el Foro de Ermua ha convertido la principal arteria de Madrid y aledaños en una marea de banderas constitucionales y rojigualdas por la libertad de España.

A Zapatero ya no le creen ni los suyos. Tres de cada cuatro españoles se saben engañados y creen que continúa negociando con la ETA. Su suicida política está provocando un auténtico clamor en su contra. Convertir en héroes y en hombres de paz a secuestradores y asesinos múltiples y a sus jóvenes cachorros se paga. Ceder espacio al odio de los criminales y sus acciones propagandistas, hacer de altavoz de los terroristas, se paga. Y en La Moncloa están muy nerviosos. Cargan con Irak como si su propio chapapote etarra no les fuera a salpicar.

Un mes después del asesinato de Carlos Alonso Palate y Diego Armando Estacio, los dos muertos del "proceso de paz", el espíritu de Ermua reencarnado en Ortega Lara, Teresa Jiménez Becerril, María Jesús González, Mapi de las Heras, Mikel Buesa y tantas otras víctimas del terrorismo, es el espíritu de España. Todos ellos con sus voces limpias han puesto en su sitio a un presidente que les ignora y desprecia y que sólo quiere diálogo con los terroristas y no con sus víctimas ni con el principal partido de la oposición. El 3-F ha abierto una puerta a la esperanza para España. Y Zapatero lo sabe.

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