Zapatero acaba de recordar ante Carles Francino su pasado como tertuliano de la cadena SER y la "lealtad" que le queda "escondida en el corazón" hacia el grupo de comunicación al que pertenece esa cadena. Vista estas no se si cálidas declaraciones del presidente del Gobierno, Zapatero debe andar con el "corazón partío" con la guerra que mantiene con Prisa a cuenta de la TDT de pago; o más bien, y como diría el clásico bolero, con el "corazón loco".
Decía esa conocida canción que "no se puede comprender cómo se pueden querer dos mujeres a la vez y no estar loco". Tampoco debe ser fácil si, en lugar de dos mujeres, son dos grupos de comunicación los que, en este caso, compiten entre sí por los favores del Gobierno.
Por una parte, Prisa ha sido no sólo el báculo que ha sostenido ideológica y mediaticamente a los socialistas durante la anterior etapa del PSOE en el poder, sino también la palanca que, con la determinante e infame ayuda del 11-M, permitió a Zapatero su llegada al Gobierno y su permanencia en él, al menos hasta hace dos días. De Prisa, los socialistas bien podrían decir, parafraseando esa canción, que es "el amor sagrado, compañero de mi vida, esposa y madre a la vez". Un amor al que durante todos estos años no ha habido, ciertamente, "cojones" para denegarle nada, tal y como decía, no el autor del bolero, sino el fallecido Jesús de Polanco.
En cuanto a "la otra", es decir "La Sexta" y el resto de medios del grupo Mediapro de Jaime Roures, se trata de un grupo multimedia diseñado por Miguel Barroso, primer secretario de Estado de Comunicación del Gobierno Zapatero y pareja de la actual ministra Carme Chacón, que nació en 2005 con la reforma legislativa que permitió la salida de la nueva cadena en abierto, y cuyos propietarios no sólo crearon el periódico Público sino que adquirieron los derechos del futbol español por varios años. No sé si sería oportuno calificar a Mediapro como el "amor prohibido" del bolero de marras, pero desde luego Zapatero bien puede decir que es el "complemento de mis ansias, a quien no renunciaré".
El caso es que, por mucho que Zapatero diga que mantiene hacia Prisa una "lealtad escondida en el corazón", los visibles cuernos que le está poniendo con Mediapro, más que hacer sombra a su santa, lo que están haciendo es darle la puntilla. El ménage à trois hubiera sido en principio sostenible si tenemos en cuenta la complementariedad entre Sogecable y Mediapro, propietarias respectivamente de los derechos del fútbol y del sistema de pago por visión. Sin embargo, y aunque ambas compañías han ensayado la fusión, la hostilidad que se profesan hizo que la operación fracasara ya que ninguna de las dos quiso ceder la primacía en el ente resultante.
Así las cosas, el Gobierno dio finalmente la espalda a Prisa y ha entregado a Roures el medio tecnológico para rentabilizar sus derechos de emisión de fútbol: la TDT de pago. En efecto, veinticuatro horas después del anuncio del decreto-ley que la implementa, Roures anunciaba el nacimiento de GolTV, que emitirá por el segundo canal digital de La Sexta, hasta ahora llamado Hogar 10.
Ignoro qué alcance tendrá la ya emprendida venganza de la esposa despechada ante la vista de la intrusa. Pero lo que es seguro es que ambas van a llevar un poco de cabeza a Zapatero en pro de su antigua o nueva relación con el Gobierno socialista. Como en la canción, ellas son las primeras en no comprender como se puede tener dos amores a la vez y no estar loco. Zapatero tendrá que elegir. Y creo que ya lo ha hecho, por mucha lealtad que ahora diga tener escondida en el corazón.