Al año de decidir que el Gobierno no reconocería la independencia de Kosovo, la ministra Chacón se atreve a anunciar que "ya es hora de que las tropas vuelvan a casa". Ha tardado más de un año en ajustar la diplomacia a la milicia, pero podía muy bien no haberlo hecho. La pregunta, pues, es ¿por qué ahora? Y dado que todo lo que tiene que ver con acción exterior y de seguridad el Gobierno lo entiende en clave puramente doméstica, ¿qué rédito piensa sacar con su decisión?
En cualquier caso, el anuncio de retirada del contingente español de Kosovo vuelve a plantearse muy mal, en la estela de la huida de nuestras tropas en Irak en 2004: se decide unilateralmente y se comunica por canales extraños la decisión, sin lugar a discutirla. Es la Moncloa y su vocera desde Defensa quienes se otorgan el juicio de que la misión se ha logrado ya, en lugar de dejar esa valoración a quien en realidad debe hacerla, la OTAN. España no está allí aisladamente, sino integrada en una fuerza multinacional que responde a objetivos colectivos, no nacionales.
En segundo lugar, esta decisión choca con la reciente eliminación, propuesta por la misma Carmen Chacón, del tope máximo de tres mil soldados en el exterior que se había auto-impuesto el Gobierno desde la etapa de José Bono en el Ministerio de Defensa y que, por mor de las circunstancias y los crecientes despliegues, venían incumpliendo. Resulta paradójico, cuando menos, quitar esos techos para luego recortar nuestra presencia en misiones internacionales.
Tercero, este Gobierno, y la ministra no se ha cansado de reiterarlo en sus declaraciones y comparecencias parlamentarias, defendía la necesidad de contar con una política de Defensa transparente y que gozara del máximo respaldo parlamentario y político posible. Por eso introdujo en su Ley de Defensa Nacional la previa discusión y autorización de cualquier misión en el exterior. Sin embargo, parece ser que una decisión tan importante como es retirarse de un contingente OTAN, no se ha querido compartir ni con la oposición en el Parlamento ni con la sociedad. Es más, el anuncio se ha realizado al más puro estilo Felipe González con motivo de un viaje al extranjero, por más que fuera una base de la OTAN en Kosovo.
En el tema militar, este es un Ejecutivo que huye y que evita cumplir con sus responsabilidades. Lo hizo en Irak, lo ha venido haciendo en Afganistán, con sus múltiples limitaciones al empleo de las fuerzas, y lo hace, sin explicaciones ni venir a cuento en Kovoso. Aún peor, lo hace a una semana vista de la cumbre que celebrará los 60 años de existencia de la Alianza Atlántica. Bonita forma de acudir a la misma. ¿Será que Zapatero está enfadado con Obama porque no quiere venir a España y lo paga con la OTAN?