En Chile, este es año electoral. Entre noviembre y diciembre, los chilenos escogerán su parlamento y a su presidente. Todos los analistas y los sondeos dan como casi inevitable la victoria del candidato que presente la Concertación, la coalición de centro-izquierda que ha ganado todas las elecciones presidenciales desde 1989 salvo la última.
El mandato de Sebastián Piñera, comenzado en marzo de 2010, se ha revelado como un fracaso político. El empresario multimillonario y senador venció en la segunda vuelta al democristiano Eduardo Frei, que ya había sido presidente entre 1994 y 2000 con el mayor porcentaje de voto de la historia chilena, por poco más de 200.000 votos. Su programa se concentraba en la economía: recuperar el crecimiento del PIB, reducir la pobreza, fomentar las exportaciones... De política, muy poco. Piñera ha hecho un gobierno de tecnócratas y empresarios del que trató de expulsar la política como si se tratara de una criada maleducada.
La izquierda respondió con más política, como las protestas estudiantiles dirigidas por agitadores comunistas (Camila Vallejo, que ya suena como candidata a diputada) y la exigencia por parte del Partido Socialista de abrir un proceso constituyente. Piñera, como hacen otros gobernantes de centro-derecha en América y Europa, considera que los grandes asuntos políticos que provocan debates son molestos para los gestores como ellos, que se los quitan de encima diciendo que a la gente no les interesan.
En sus tres años, Piñera ha conseguido que el PIB aumente de manera admirable, con una estimación de un 5,5% en 2012, y disminuya la corrupción; pero eso ya no basta en las sociedades desarrolladas. El presidente ha irritado a sus bases permitiendo el procesamiento de militares implicados en la dictadura de Pinochet, mientras que los terroristas de izquierda siguen impunes, y amagando con legalizar el aborto y los matrimonios homosexuales. La consecuencia del abandono de la política y los desprecios a sus electores ha sido la derrota del centro-derecha en las elecciones municipales de noviembre.
Ahora la duda es si la Concertación presentará a la reelección a la expresidenta socialista Michelle Bachelet. Lo veremos en las primarias, que se celebrarán entre mayo y junio.