No contento el Partido Socialista con tramitar en el Congreso de Diputados una resolución sobre la operación en Gaza en la que se pasa de puntilla sobre las responsabilidades de la banda terrorista y se carga contra el Gobierno de Israel, no se ha dignado a enviar a una sola de sus señorías a la cumbre interparlamentaria contra el antisemitismo que se celebra hoy en Londres. Cero patatero. Ni siquiera una libra a la par que el euro ha sido capaz de movilizar a los diputados socialistas en esta ocasión.
El Partido Popular, a pesar de haber secundado las críticas sectarias del PSOE al Gobierno israelí, sí que ha estado presente en la reunión, al menos. Y es que en Europa hay una cosa clara: izquierdismo y antisemitismo van de la mano, cogiditos a su vez del anti-americanismo y arropados por el multiculturalismo. Al menos en eso que se denomina la izquierda española, porque en otros países como Holanda o los nórdicos, los socialistas y socialdemócratas ya se han caído del guindo y saben a qué atenerse y no quieren como compañeros de cama a los musulmanes islamistas.
Ahora bien, no deja de ser una paradoja que esta conferencia interparlamentaria se celebre precisamente en Londres pocos días después de que las autoridades británica expulsaran al diputado holandés Geert Wilders, al considerar que sus puntos de vista sobre el Islam eran demasiado provocadores (para los islamistas, se supone). La inmigración inglesa se ha escudado en las acciones contra la "islamofobia" preconizadas por la Organización de la Conferencia Islámica, una institución que alberga a 56 estados musulmanes más la Autoridad Palestina y cuyos objetivos declarados es la unificación de todos los musulmanes en el mundo bajo las enseñanza tradicionales del Corán, la protección de sus miembros y la constitución de la Umma como un cuerpo unificado. Entre sus medidas está la petición de castigar por islamofóbicas las políticas de represión de la inmigración ilegal en Europa, medidas antiterroristas y, en general, las críticas al multiculturalismo.
Geer Wilders, como dice Bat Yeor, fue devuelto a su país por defender que "la cultura europea tiene sus raíces en Jerusalén, Atenas, Roma y la Ilustración, no en la Meca, Bagdad, Al Andalus o al-Kods".
Teniendo en cuenta lo que defiende el PSOE y su querida Alianza de Civilizaciones, que no de civilizados, así como sus críticas a Israel, recientes y pretéritas, estamos desconcertados por su incomparecencia en un país dominado del todo por lo políticamente correcto en lo que se refiere al Islam.