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Coge al etarra y corre

Zapatero y Rubalcaba recogen el último regalo de Bush sin ruborizarse. Ha sido esta conspirativa y perversa política de la NSA la que ha permitido rastrear el correo electrónico del etarra Garikoitz Aspiazu Txeroki hasta su cubil de Cauterets.

La guerra contra el terrorismo –afortunada herencia de la Administración Bush– parte de un axioma político, de un axioma estratégico y de un axioma moral. El axioma político se basa en el principio de que el terrorismo es la expresión de una ideología totalitaria –del signo que sea– que es imprescindible combatir en toda su extensión. El axioma estratégico parte de la necesidad de luchar contra el terrorismo con todos los medios que el Estado de Derecho pone a nuestra disposición. Y el axioma moral es simple: tenemos la obligación moral de perseguir, capturar y juzgar a todos aquellos dedicados a acabar con la vida del prójimo enfrentándose al régimen democrático.

En el fondo, todo terrorismo parte de un proyecto totalitario: el desprecio a la vida es el mismo en un yihadista que en un etarra. Tras el 11-S, un país como España, que había sostenido el pulso al terrorismo nacionalista vasco con éxito, se convirtió en un aliado fiable en la lucha contra el terror. Ponerse al lado de Estados Unidos era lo lógico moral, política y estratégicamente. Era y es bueno para España y bueno para la derrota de cualquier tipo de terrorismo, en el País Vasco o en Irak.

Zapatero y el PSOE nunca han entendido esto. Consideran que a los terroristas no se les vence, se les convence. Creen que combatirles no sólo es contraproducente, sino que es la causa de que maten. Creen, además, que la culpa de todo la tienen los Estados Unidos, Bush, Aznar, la CIA, los neocon, las petroleras y el resto de esa caverna tenebrosa que nos amenaza con dominar al mundo con la excusa del terrorismo. En el colmo de la paranoia ideológica, llevan años denunciando que la guerra contra el terrorismo es una excusa para acrecentar su poder.

Que sea ideología-ficción no significa que no sea preocupante. El PSOE no ha dejado de oponerse a las medidas tecnológicas y de inteligencia tomadas por los norteamericanos para enfrentarse al terror, tildándolas de "recorte de libertades", "intromisión intolerable", "pesadilla democrática", "espionaje a sus ciudadanos", "vulneración civil" y demás lindezas que nuestra izquierda repite sobre las actividades de la National Security Agency (NSA).

Claro que a nadie le amarga un dulce y ahora toca disimular. Hoy Zapatero y Rubalcaba recogen el último regalo de Bush sin ruborizarse. Ha sido esta conspirativa y perversa política de la NSA la que ha permitido rastrear el correo electrónico del etarra Garikoitz Aspiazu Txeroki hasta su cubil de Cauterets. Pero de esta intolerable vulneración del derecho a la intimidad de Txeroki no dicen nada. Se han limitado a recibir el regalo de Bush sin que su conciencia se revuelva. Coge al etarra y corre.

No sólo eso. Ahora resulta que es la concepción común y única de la lucha contra el terror, forjada tras el 11-S por Bush y Aznar, de la que se benefician Zapatero y Rubalcaba. Para ellos, abandonar a sus aliados en el campo de batalla puede ser lógico, pero la lucha antiterrorista es para los demás algo demasiado serio. Desde 2003 se burlaron, patalearon, gritaron e insultaron a propósito de nuestra alianza con Bush. Preguntaban una y otra vez qué se nos había perdido en la guerra contra el terror. Pues ahora, cuando no tienen ningún problema moral en recoger los frutos de nuestro apoyo a la guerra de Irak, ya lo saben. Es cuestión de principios.

Los norteamericanos son uno de los pueblos más generosos y leales de la historia. George W. Bush emprendió una guerra contra el terror por motivos morales que no entiende de las pillerías políticas de nuestros gobernantes. Guerra duradera y global, cuyo objetivo son los grupos terroristas que nos amenazan. Sin la tan denostada "guerra de Bush", y sin la decidida política de Aznar de apoyo a la lucha contra el terror, Rubalcaba y Zapatero no hubiesen podido hacerse la foto tras la detención deTxeroki. Debieran recordar qué es de bien nacidos, aunque han optado por lo contrario: coge al etarra y corre.

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