En su muy publicitado discurso sobre Oriente Medio y África del Norte, el presidente Obama defendió la premisa de que no se debe perder "el momento de oportunidad" en la región.
"A veces, en el curso de la historia", señaló el presidente, "los actos de ciudadanos comunes y corrientes inician movimientos a favor del cambio porque responden a un anhelo de libertad que se lleva acumulando durante años".
La historia nos dice que a menudo la búsqueda de las libertades fundamentales como los derechos de propiedad, el comercio y el espíritu empresarial es lo que ha impulsado el cambio revolucionario y ha servido como la base de la verdadera democracia.
Como demuestra empíricamente el Índice de Libertad Económica de la Fundación Heritage, la libertad económica es la fuerza que enriquece a las personas, lo que a su vez desencadena las poderosas fuerzas de cambio social y que alimenta las demás libertades.
Desde hace mucho tiempo, la gente en Oriente Medio y el Norte de África ansiaba verse liberada de la pobreza y deseaba intensamente la dignidad de la voluntad propia. Como el presidente George W. Bush señaló en una ocasión: "La libertad puede resistirse y la libertad puede retrasarse, pero la libertad no puede negarse". Sin duda alguna, las acciones de la gente han reivindicado esa premisa y se está librando una batalla crucial por una mayor libertad en la región. La libertad económica es un poderoso elemento para promover la gobernabilidad democrática y el mundo necesita estar movilizado detrás de esa causa con mayor eficacia.
Es hora de que los pueblos de Oriente Medio reclamen su libertad económica y Estados Unidos y el mundo deberían hacer todo lo posible para ayudarlos.