La verdad. Porque sí. Porque es primario.
No por desafiar a los farsantes.
No por buscar revanchas acuciantes.
No por echarlo en cara al adversario.
La verdad. Porque es justo y necesario.
No por intransigencias delirantes.
No porque todo sea como antes.
No por volver atrás el calendario.
La verdad. Porque aún no la sabemos.
Porque somos pacíficos, no memos.
Por vergüenza torera y dignidad.
La verdad. Porque sí. Porque es precisa.
Porque España está chunga y corre prisa.
¡Seguimos reclamando la verdad!