La guerra a los rojelios les da rabia
desde el arcaico Pacto de Varsovia.
Les daña, les ofende, les oprobia,
les veja, les afrenta y les agravia.
La guerra le da estímulo a su labia:
recalcan que les jode y les agobia.
Que les provoca yuyu y les da fobia,
pues la programbre es buena, culta y sabia.
Ante la guerra muestran su resabio,
su desazón, su cólera y su agravio,
que solo el alto el fuego les alivia.
Pero hoy su ardor indómito es más tibio
y ven con beneplácito y alivio
que cargue Zapatero contra Libia.