En la Conferencia Política del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba llegó a decir que "ningún partido tiene tanta pasión por España como el PSOE". Literalmente.
El PSOE quiere a España con locura.
Siente un cariño tórrido y la adora.
Si oye nombrar a España, se acalora,
y el rojo corazón se le apresura.
Sufre un amor vehemente. Sin mesura.
Un frenesí que arrastra y que devora.
Delirio, adoración abrasadora,
éxtasis, arrebato y chifladura.
El PSOE está tan tercamente obseso
que, si piensa en España, pierde el seso
y la E se le pone longaniza.
Tanto es su amor a España y tan ardiente,
que cada vez que manda, mismamente,
con fogosa pasión... la sodomiza.