Miguel Ángel Moratinos está de viaje por el hemisferio austral. En un alarde de intrepidez diplomática, ha llegado a visitar incluso las islas Galápagos. De allí es esta foto, que se ha podido ver en los periódicos del fin de semana, en la que nuestro ministro de Exteriores mira a una foca que parece que quiere alejarse de él.
¿Por qué le das la espalda a Moratinos,
oh foca descortés y resabiada?
¿Por qué, pasando de él, no dices nada
y su atención te importa tres pepinos?
¿Por qué, entre pensamientos submarinos,
no quieres dirigirle la mirada?
¿Acaso su pachorra no te agrada?
Te vas a merendar tus langostinos?
¿Por qué no le sonríes, foca huraña,
a este ministro pánfilo de España
y, lenta, te diriges a tus rocas?
Después de la tristísima evidencia,
¿qué puede hacer ahora Su Excelencia
si ya no le hacen caso ni las focas?