Empecé a publicar mis versos en Libertad Digital hace casi seis años, el 12 de abril de 2004, pocos días antes de la primera investidura de Zapatero. No se imaginan la ilusión que me hizo la llamada de Javier Rubio para invitarme a colaborar en el que ya hacía tiempo que era mi periódico. Porque yo había sido lector de Libertad Digital desde su creación, mucho antes de imaginarme siquiera que un día iba a contarme entre sus colaboradores.
Recuerdo que en aquellos primeros años de internauta siempre esperaba a las seis de la tarde, la hora de la tarifa plana (que no era tal), para arrancar el ordenador (¡tardaba horrores!), poner en marcha el escandaloso módem y, a través aquella banda estrechísima, poder leer las opiniones del extraño contubernio cibernético-liberal que me tenía enganchado.
Al principio me llamaba la atención el nombre del periódico, que se me antojaba demasiado largo y algo cacofónico, con esa "d" final de "Libertad" unida a la inicial de "Digital". Nadie pronuncia las dos, claro. "Libertá digital" decimos, castizamente. Ahora, cada vez más, "eledé" (LD), siglas que no recuerdo cuándo empezaron a usarse, pero que resultan más directas y populares. También tienen la "d", claro.
Así que cuando la criatura cumple diez años ("diez", también con "d"), aunque no me toque el mérito, sí me toca el orgullo de haberla visto crecer desde el principio. Por eso quiero felicitar el aniversario a todos los que forman parte del periódico, a los que lo impulsaron, a los que lo hacen, a los colaboradores y, sobre todo, a aquellos que han –hemos– conseguido que crezca durante diez años. Es decir, a los lectores.
Para todos, ahí va mi soneto. Con la "d", por supuesto.
Diez años aguerridos, como El Cid,
sin reclamar favor o gratitud.
Diez años de llegar con prontitud
al mundo, en español, desde Madrid.
Diez años de palabras en la lid,
preñadas de talento y juventud.
Diez años con enérgica actitud,
zumbándole a Goliat como David.
Diez años de ir saciándole la sed
a aquel que busca crítica y verdad
entre los laberintos de la Red.
Diez años, por la sola voluntad
de todos los lectores, como usted,
que encuentran su opinión en Libertad.