Después de meses sin referirse a los casos de corrupción en UGT, Cándido Méndez ha dicho que confía en que "la mayoría de las cosas se han hecho bien". Y además ha anunciado "una gran movilización" para noviembre.
Hay gente maliciosa y depravada
que duda de UGT. Que no tolera
que sea tan limpísima y austera.
Tan pura, tan decente y tan honrada.
Y Cándido, pues claro, va y se enfada.
Y dice que ellos son la clase obrera.
Que son la voz del pueblo y la repera.
Y que de corrupción, nada de nada.
Que las facturas falsas son un cuento.
Que todo es un infundio y un invento
de gentes derechosas y muy malas.
Que subvenciones... casi ni las cobran.
Que a ellos, liberados... no les sobran.
¡Y en fin, que ya no comen ni cigalas!