¿Quién te va a llevar, amigo progre, al río? ¿Quién te va a curar el corazón partío?
Tras el Segundo Advenimiento de Sánchez al mundo de los vivos, ésta es la pregunta que subyace en todos los mentideros: ¿Pedro o Pablo? ¿Muslo o pechuga? ¿Susto o muerte?
Nuestros poetas residentes han tomado partido. Mójense ustedes, no nos sean tibios.
TU ES PETRUS
por Monsieur de Sans-Foy
Cayó del pedestal en una pieza
y anduvo los caminos del exilio.
Los ángeles vinieron en su auxilio,
alzándole en histórica proeza.
Rivales que lucharon con fiereza
entonan hoy con él, en un idilio,
el Juntos de Paloma San Basilio...
(por miedo a que les corte la cabeza).
¡Por fin va a transmutar, en su sombrero,
la España bipolar de Zapatero
por otra ingobernable, pero Roja!
Mirándole señero, dulce, firme,
¡las ansias que me dan de diluirme
y darme al putiferio y a la droja!
PABLO MANDARÁ
por Fray Josepho
España (con perdón), en el futuro,
será una España mocha e incompleta,
unida por la Liga y la peseta.
Qué digo la peseta: ¡por el duro!
Pedrito, en la Moncloa, ya lo auguro,
hará el papel de alfombra, o de moqueta,
para que pise el tron de la Coleta,
el párvulo de Chávez y Maduro.
Nos dejarán vivir, por el momento,
al filo del magnánimo alzamiento
de redención social y apoteosis.
Yo me daré al taichí. Tal vez al yoga.
Y usted, si continúa con la droga,
prepárese, Mesié, la sobredosis.