La ofensiva islamista contra Europa continúa con la impunidad de lo obvio y la obviedad de lo impune. Apenas empezaban a contar cadáveres en Bruselas, donde la policía no puede detener terroristas pasada la medianoche, Pedro Sánchez ya nos llamaba a la "tranquilidad". ¡Como si Europa hubiera exhibido otra cosa hasta ahora, masacre tras masacre, "jesuis" tras "jesuis", cobardía tras cobardía, jeremiada tras jeremiada! ¿Qué ha hecho el PSOE de Sánchez más que exhibir su tranquilidad, cercana al "rigor mortis", cuando de luchar contra el terrorismo se trata? Pactaron con la ETA y defienden que Rajoy mantenga el pacto. Y en el famosísimo “Pacto antiyihadista”, resulta que Sánchez mantiene estrechas relaciones, negociaciones y frotamientos con un partido, Podemos, financiado por Irán, cuyos concejales exhiben un antisemitismo repugnante y un odio al cristianismo digno de conversos islamistas.
Peor aún: con el PP que lo permite y con la única reticencia de Ciudadanos, el PSOE acepta que ese antisemitismo y pro-islamismo (Irán e HispanTV lo demuestran) de Podemos se muestre escandalosamente equidistante entre las víctimas del terrorismo islamista y sus verdugos, proclamándose "observador" en el famoso pacto "antiyihadista". ¿Pero qué pacto antiterrorista es ése en el que unos no se comprometen y los otros lo aceptan? ¿Van también Iglesias o Errejón, ahora que tiene tiempo, a "observar" las reuniones del Daesh? ¿O se limitan a "observar" el número de muertos en el último atentado, pronto penúltimo, antes de decidir qué militar desertor o jueza de rebote colocan a “observar” en el prepostgobierno de Sánchez?
Sólo Obama ha superado en siniestra estupidez la cobarde reacción de la Unión Europea, que lleva cuatro años y aún no ha sido capaz de establecer una lista de pasajeros de aerolíneas que provienen de países que son focos de terrorismo islamista. Más aún, no se sabe que haya elaborado una lista de los europeos islamizados en las mezquitas pagadas por Ryad, tan apenado por el terrorismo, que han ido a Siria a aprender a matar infieles, o sea, europeos. Pero si lo de la UE es incapacidad trágica, lo de Obama ha sido de una indignidad inconcebible. En La Habana, cuando se cumplen 50 años de la Conferencia Tricontinental que, con los Castro como anfitriones, sentó las bases del terrorismo moderno en Europa, Asia, Africa y América, con patrocinio de la URSS, retaguardia cubana y vanguardia palestina, el Presidente de los Estados Unidos de América va y "condena el terrorismo". ¡En la capital histórica del terror!
No es que no aprendamos nada de la historia, es que la borramos. No es que no aprendamos nada del terrorismo, es que lo aceptamos. No es que no queramos combatirlo, es que nos ponemos en manos de quienes lo justifican. Y todo en nombre de la unidad, de la lagrimita y evitando ser acusados de "islamófobos". ¡No vayan a enfadarse los yihadistas!