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Federico Jiménez Losantos

El pacto ETA-PSOE contra el PP y contra España

Todo diálogo de un Gobierno es político. Todo diálogo político con una banda terrorista es criminal.

Como un niño al que llevan de la oreja a clase tras fracasar en sus remoloneos absentistas, Zapatero está siendo conducido por Otegi al pupitre donde deberá escribir mil veces: "nunca pactaré con el PP". Eso no le preocupa a Pepe Luis, bien al contrario. Nada le gusta más que diferenciarse, antagonizar o pelearse con la Derecha española y para ello no vacila con unirse a la hez del populismo iberoamericano o a la peor basura terrorista musulmana o separatista. Lo malo es que la segunda penitencia, castigo o condición impuesta por la ETA y asociada a la primera es: "nunca defenderé a España". Y aunque Navarra, el País vasco, Cataluña y, sobre todo, la libertad de los ciudadanos le importan a Zapatero muy poco, tirando a nada, ese paso retórico-disciplinar lo debería deslegitimar radicalmente como Presidente del Gobierno español.

Esto es lo que el PP debe remachar ante la opinión pública: que el pacto de la ETA con el PSOE es el del PSOE con la ETA, y que ambos, como fuerzas más visibles del izquierdismo y el nacionalismo, han pactado la marginación y destrucción del PP como único partido nacional español, y que con esa destrucción lo que se pretende destruir es la idea misma de España. Naturalmente, para hacer esto, que no sería sino decir la verdad, es preciso abandonar el buenismo pasota, esa hipócrita cantinela de que el PP apoya al Gobierno en la búsqueda de la paz con ETA pero rechaza todo diálogo político con la banda criminal. Todo diálogo de un Gobierno es político. Todo diálogo político con una banda terrorista es criminal.

Rajoy ha demostrado con los hechos que el PP no ha aprendido nada de su fracaso en la tregua-trampa. La Derecha ha vuelto a demostrar que el guión de El silencio de los corderos se escribió pensando en ella. No es fácil que Rajoy admita un error, según vamos viendo. Pero es que el del Debate sobre el Estado de la Nación es peor que un mal día y mucho más que un error. Era, es y será siempre un crimen. La eutanasia pasiva de una fuerza política no es aceptable cuando implica la eutanasia activa contra la Nación. El PP no puede aceptar pasivamente que se consume el pacto ETA-PSOE pensando que más tarde o más temprano se vendrá abajo y las masas ovinas lo llamarán gimoteando al Poder. En vez de venirse abajo se les puede venir encima. Y del liberticidio y el españicidio no se libra absolutamente nadie. Ni del PP ni de España.

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