"Yo que soy más catalán que las anchoas de L´Escala y que los galets de Navidad, yo que siempre he defendido los productos de la tierra, me he enamorado ahora de una Choni de Castefa".
Estas palabras traducidas del catalán pertenecen a una de las canciones de Els Catarres, grupo folk-pop, que tras haberse autoproducido y autogestionado están batiendo récords de visitas en las redes sociales y en YouTube. Sin discográfica detrás, se han dado a conocer con una versión irónico-coñera-festiva de una historia de amor entre un catalán con una joven de Castelldefels.
El mismo texto que sirvió como base de una intervención de Jordi Pujol en Igualada. Al dedillo lo llevaba. Estudiado al milímetro. No en vano, en una de las estrofas, el autor de las mismas confiesa tener sueños eróticos con el Molt Honorable. ¡Cómo le gustan estas cosas al pillastrón de Pujol!
Aclaró el expresident el significado de "choni": "chica joven, del mundo castellanoparlante... como la Juani de Bigas Luna", se apresuró a matizar. Y que sin duda, "son una parte del futuro del país". Y también votan, le faltó decir.
Se le ve pletórico, ¿no les parece? Está encantado puliendo y dando forma a su proyecto personal, a su juguete más preciado, a esa Cataluña que siempre creyó suya y que ahora sus chicos, disciplinados y sin apartarse del guión escrito hace tanto, siguen al pie de la letra con más ímpetu, con más energía, aunque el papel del manuscrito luzca ya color crema pastelera.
Pero hoy estoy cansada, perezosa, hastiada. Así que no les hablaré de lealtad, de normas constitucionales, de cortesía institucional, de cumplimiento de la Ley, de respeto a los derechos fundamentales. Y mucho menos de sentimientos, de amor. Nada de eso. Hoy iré al grano. Y voy a apelar a la pela, que para algo soy de allí. "Pasta per tutti", como el anuncio de la ONCE.
Y es que no son pocos los empresarios que te cuentan en privado lo que realmente piensan de la deriva actual de los responsables políticos. Muestran su preocupación por una cuerda cada día más tensa, por una situación creada artificialmente -que podría encauzarse al aplicar tan sólo un poco de seny-, nos referimos a poner en práctica los valores que durante tanto tiempo hicieron que Cataluña fuera grande y próspera, donde la burguesía lideraba la sociedad civil impulsando proyectos de gran envergadura y la gente trabajadora lo sentía como tal. Pero claro, te dicen, no seré yo quien dé el primer paso.
No soy experta en marketing pero me da a mí que ofender a tu principal cliente de manera continua, no debe de ser la mejor táctica para aumentar tus ventas. Y los empresarios lo saben. Vaya si lo saben. Porque ellos y sus familias viven, entre otras cosas, del resto de España, que empieza a mostrar el ojo ligeramente amoratado.
Así que si yo fuera empresaria me organizaría con otros muchos que compartieran mis mismos intereses en torno a un efectivo lobby en aras de recuperar la cordura y sobre todo, preservar mi futuro, aunque sólo sea en base a términos mercantilistas. Porque a estas alturas ya no hablo de amor. Hablo de otra cosa. Y no me hagan decir más que me autoexcito con los símiles y acabaremos mal.