"El dinero es un arma. La política es saber cuándo apretar el gatillo". Cuando Don Luchessi pronunció estas palabras en El Padrino III desconocía la cantidad de seguidores incondicionales que tendría posteriormente. Pero claro, con ese toque tan nuestro, tan español.
Hasta que las titis de turno no aparecen en alguna escena de las tramas de corrupción es, cómo les diría, como si le faltara el sello hispánico. En los festines anglosajones probablemente habrían hecho acto de presencia las bolsitas de plástico, ahora en decadencia en favor de sogas de diverso grosor y mucho látigo de cuero negro. Aquí, sin embargo, se pretende organizar algo tipo Eyes Wide Shut, pero el espíritu de Torrente es omnipresente, inevitable, diría yo, con lo que los Gürtel boys se tienen que contentar con una reunión donde según transcritas palabras, "todos estaban en pelotas, cada uno con una tía".
¿El escenario? Un local, presuntamente, enLa Nucia, provincia alicantina, que responde al nombre de Choco. Me los imagino como Pancho, el de la primitiva, tomando copazos alrededor de una mesa de billar francés, antes de dar paso a desenfrenos varios y tras haber realizado las oportunas prospecciones de terreno.
Vaya, lo siento. Pensarán, claro, que me lanzo como una leona a frivolizar sobre el tema, sin la seriedad y el tono de gravedad que debería otorgar al fondo del asunto. Pues me van a perdonar, pero no puedo con estos tipos que, además de delincuentes, son una panda de auténticos horteras.
En mi tierra, sin embargo, adquiere todo otra dimensión. Allá no nos andamos con chorradas, qué va, dónde van a parar. En la sociedad barcelonesa no entienden de estas cosas, no están para ordinarieces. Quien ha presidido l'Orfeó Català desde finales de los años setenta y la Fundación del Palau de la Música desde los años noventa, el ahora universalmente conocido Fèlix Millet, confesó que había desviado para sus asuntillos personales más de tres millones de euros, aunque la Fiscalía calcula en unos diez millones los calerons que habría podido presuntamentedesviar en unos seis años. Un profesional de la cosa, el tipo.
Pero mucho me temo que se trata tan sólo de la puntita. Paulatinamente y si a los medios de comunicación en Cataluña no les comienzan a temblar las piernas podremos ir viendo cómo la red de araña se extiende mucho más allá del maravilloso edificio modernista que proyectó Domènech i Montaner, sufragado por suscripción popular en los inicios del siglo XX y cuyo espíritu ha violado trincando sus fondos sin ningún pudor uno de los personajes más influyentes de la actualmente adormilada sociedad civil de Barcelona.
Hace unos días, sin ir más lejos, hemos podido leer que Àngel Colom, quien estuviera al frente de ERC y posteriormente en el PI (Partit per a la independència), junto a Pilar Rahola, recibió por parte de Millet en torno a setenta y dos mil euros para liberarse de las deudas contraídas tras la disolución del fallido proyecto político.
El ahora militante y dirigente de CDC ha admitido que sí, que recibió el dinero pero que desconocía la procedencia del mismo, no sin antes desperdiciar la ocasión de acusar a la malvada prensa española de orquestar campañas anticatalanistas.
Vamos a ver. Podemos llegar a admitir que no supiera que el dinero recibido procediera de los fondos del Palau y no del propio bolsillo de su Presidente, muy comprometido con la causa. Bien. Pero, entonces, fuera de donde viniera la supuesta "ayuda", se debería haber devuelto, ¿o no? O ¿acaso pensaba Colom que su aportación a la historia de Cataluña era tan vital como para que otros se responsabilizaran de sus problemas monetarios? ¿También tiene España la culpa de sus fiascos?
Porque empiezo a estar francamente harta de que unos y otros hablen y hagan todo en nombre de Cataluña. Dejadla tranquilita que bastante habéis hecho con ella. Y ella solita, creedme, es capaz de mucho más de lo que llegaréis a ser vosotros nunca.
El poder tiene sus debilidades y muchos más poros de lo que aparenta. Pero siempre hay detrás una gran familia que te prepara unosspaghetti aglio e oliocuando llegas a casa para recordarte lo calentito del hogar. Aunque el concepto de familia, así como el de redes, influencias y trapicheos, cada uno lo adapte a su naturaleza e interés particular. La seña de identidad es siempre del color con el que se mire.