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Eva Miquel Subías

Anda, ven y cuéntame un cuento

Hace ya un tiempo que se ha puesto de moda en España el denominado Storytelling o el arte de narrar, que no es otra cosa que ilustrar un speech con anécdotas, narraciones personales y guiños al público con efectos relajantes.

Seguro que ya les habré confesado en alguna otra ocasión cómo disfruto del que una servidora considera el mejor momento del día. El desayuno a media mañana rodeada de contertulios desconocidos con los que en apenas quince minutos osamos resolver los problemas de España. Me encanta.

Lo que no había contemplado hasta ahora es que uno de ellos apareciera con un recorte de un artículo de El País para entregármelo -debidamente subrayado- en mano.

Pepe es un tipo culto, de mediana edad. Peina canas e intuyo que luce poderosos espolones. Poco más les puedo contar. El café y el mini de cecina con tomate que prepara Nines no dan para más. Sé también que disfruta con los crucigramas de La Vanguardia, con los de Fortuny, pues éste fue el tema de nuestra primera conversación al verme con un ejemplar del Grupo Godó.

El recorte vino al hilo de una charla que tuvimos al respecto de Carme Chacón. Pepe cree que Miguel Barroso se está excediendo. Y me habló de una pieza de Luis Arroyo.

La leí, a pesar de que sus primeras palabras mostraran enorme extrañeza en relación al medio millón de votos de más que ha obtenido el Partido Popular con respecto a las anteriores elecciones. Me sorprendió, teniendo en cuenta su condición de sociólogo y por estar el resto de su gremio prácticamente de acuerdo al afirmar que se trata de una cifra notable, si tenemos en cuenta el escaso margen de maniobra sociológicamente hablando del que dispone la formación que lidera Mariano Rajoy.

Es evidente que muestra su simpatía hacia la figura de la ministra de Defensa en funciones. No en vano fue su Director de Gabinete.

Sigo. Hace ya un tiempo que se ha puesto de moda en España –en Estados Unidos es algo ya bastante superado– el denominado Storytelling o el arte de narrar, que no es otra cosa que ilustrar un speech con anécdotas, narraciones personales y guiños al público con efectos relajantes. Ronald Reagan y Bill Clinton fueron dos buenos e imitados ejemplos. Y famosa es ya la frase del primero: "You´ve heard, I´m sure, that I like to tell an anecdote or two".

Vamos, lo que han hecho toda la vida los grandes comunicadores, conferenciantes, escritores o parlamentarios. Pero ahora, aplicado a la comunicación política, es el mega cachondo Storytelling. El otro día, sin ir más lejos, en una charla de Esteban González Pons, me comentó una chica que se dedica a estos menesteres: fíjate en lo bien que maneja la técnica del storytelling. Ojiplática me quedé.

José Bono, por ejemplo, lleva poniendo en práctica esta modalidad desde que nació. E incluso se atreve a ilustrarlo posando en una cocina en la que hasta el menos observador se percatará de que esos fogones siguen fríos como el primer día. Porque el lobo ya ha aparecido en tantas ocasiones que no hay oveja que no haya salido trasquilada. Con lo que ya no cuela. Lo de que el PSOE necesita a alguien que pueda entonar sin pudor "Viva España" es de nota. Debería recopilarlo para un anecdotario.

Ignoro cómo acabará la pugna por ostentar la Secretaría General del PSOE. Todavía tiene que aparecer el típico que siempre acaba asomando, ése que suele titubear aquello de "no, si yo sólo pasaba por aquí" y que también dejó de colar hace otro tanto. Que ya nos vamos conociendo todos.

Aunque si me permiten, lo que me parece que sigue funcionando es alguien con convicciones, creyente en un sólido proyecto, que lo sepa comunicar bien y que disponga de capacidad de gestión. Vamos, así, sin demasiados rodeos. Y llámenme, clásica, si lo desean.

En Sociedad

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