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Enrique Navarro

Las armas del Estado Islámico

El 90% del arsenal procede de cuarteles iraquíes y sirios. La mayoría del armamento iraquí es norteamericano y el sirio, ruso.

El 90% del arsenal procede de cuarteles iraquíes y sirios. La mayoría del armamento iraquí es norteamericano y el sirio, ruso.
Las armas del Estado Islámico

La pregunta que mucha gente y muchos analistas se hacen es cómo un grupo que durante años lideró la acción terrorista en Irak, mediante coches bombas, pero sin suponer ninguna amenaza estratégica, desde 2003 hasta 2012, ha sido capaz de poner, en apenas dos años, en jaque al ejército iraquí, a los kurdos con sus afamados peshmergas, al poderoso ejército sirio y a las fuerzas de la coalición internacional. Cómo se ha fortalecido tanto hasta el punto de difuminar el poder de su socio hasta febrero de 2014, Al Qaeda, y liderar la acción yihadista a nivel global. Y cómo ha sido posible que un movimiento basado en el terror haya sido capaz de reclutar miles de extranjeros de casi ochenta países, de ellos unos dos mil europeos, para combatir en el territorio del nuevo califato de la bandera negra.

La respuesta a mi juicio es que el Estado Islámico ha conseguido crear una estructura de poder territorial real frente un Al Qaeda diezmado por las continuas eliminaciones de sus líderes por parte del ejército norteamericano. El poder del califato está organizado en un triunvirato liderado por Abu Bakr al-Baghdadi, califa del Estado Islámico desde 2010, y dos lugartenientes: primero Abu Muslim al Turkmani, que al parecer murió en un ataque aéreo norteamericano en Mosul en noviembre pasado, lo que de ser cierto hubiera privado al ISIS de su principal líder militar. Formó parte de la guardia republicana y como teniente coronel de inteligencia en el Istikhbarat de Sadam Hussein, la principal unidad represora del régimen depuesto en 2003. Y segundo: Abu Ali al-Anbari, antiguo mayor general de Saddam Hussein y que compartieron cautiverio en Camp Bucca, campo de detención norteamericano en el sur de Irak, con el líder Al Baghdadi y con los otros líderes del ISIS como Abu Suleiman y Abu Wahib y donde seguramente definieron la estrategia del califato. El primero tenía el poder de los siete gobernadores del norte y oeste de Irak y el segundo lidera la presencia del ISIS en Siria con cinco gobernadores a su cargo. Entre estos tres hombres gobiernan a ocho millones de personas y cuentan con un gobierno con sus ministros, incluyendo uno de defensa y otros de luchadores extranjeros. Pero si no hubiera sido por la integración de las fuerzas sunníes radicales del ejercito iraquí y su acción -aprovechando el tumulto- en Siria, para liderar la oposición al régimen de Damasco, al día de hoy el ISIS sería Al Qaeda Irak, como lo fue desde su fundación en 2003 hasta hace un año.

En Siria, en los primeros años de guerra, ISIS junto al resto de grupos opositores fue financiado por Arabia Saudita y otros países del Golfo, entregando a través de Turquía material procedente de Croacia y otros países, según diversos informes. Especialmente armamento ligero, armamento anti-tanque y cohetes. Cuando el ISIS comenzó a tener mayor autonomía y comenzó su guerra particular con el resto de grupos opositores a Al Asad y los países árabes cortaron el grifo ya era tarde. Comenzaron a tener otras fuentes de financiación, especialmente con contrabando de petróleo, asaltos a viviendas, ventas de antigüedades en el mercado negro y robos en los bancos. Solamente durante la ocupación de Mosul en junio de 2013, se llevaron del banco del Kurdistán 450 millones de dólares en efectivo. Se estiman que más de mil millones de dólares han ido a parar a la organización en los últimos dos años. Se calculan unos ingresos diarios de casi 3 millones de dólares, lo que le permite pagar mucho mejor que Al Qaeda a sus militantes, disponer de unas estructuras de estado más sólidas y proceder sobre todo a su expansión. Hoy ya hay presencia de la bandera negra en Libia y Afganistán y Al Qaeda del Magreb comienza a ver en ISIS a un aliado más fiable que la dispersa organización que lidera el egipcio Al Zawaharí. Este poder evidente ha sido la principal atracción para muchos voluntarios que creen en la capacidad del Estado Islámico de construir un estado propio y de expandirse en la zona acabando con lo que ellos consideran regímenes corruptos.

El armamento que emplean tienen tres orígenes principales, aunque se han decomisado armas procedentes de una docena de países. El 90% del arsenal procede de cuarteles iraquíes y sirios, que fueron asaltados, abandonados o que se entregaron en masa a la causa del ISIS, especialmente en Irak. La mayoría del armamento iraquí es de procedencia de Estados Unidos y el sirio de Rusia.

Pero lo cierto es que, aunque apenas tienen capacidad de usar el armamento más pesado y sofisticado como los MIG 21 obtenidos de una base aérea siria y que fueron puestos en vuelo con la ayuda de militares iraquíes, su arsenal resulta impresionante para lo que denominamos un grupo terrorista y según todas las estimaciones disponen de capacidad para dos años de combates y además posee algunas capacidades industriales para la fabricación en serie de bombas y minas caseras.

Disponen de decenas de carros de combate soviéticos T-55 y los más modernos T-72; artillería media y pesada de origen chino como los M-46 de 130 milímetros así como antiaérea ZU-23-Z. En su arsenal hay de cientos de lanzadores de cohetes de diverso origen como chino HJ-8; lanzadores de granadas M-60 de fabricación norteamericana como miles de fusiles M-16 y decenas de miles de AK-47 con abundante munición; pistolas procedentes de Croacia y Arabia Saudita, pero también de origen norteamericano y austriaco. Disponen de decenas de vehículos norteamericanos Humvee, misiles antiaéreos FIM-92 Stinger, artillería pesada de 155 milímetros M-198 con un alcance de 25 kilómetros cohetes antiaéreos SA-7 Grail de origen ruso así como vehículos sobre cadenas M-113.

Lo más destacado, sin embargo, es la presencia de misiles Scud en algunas de sus demostraciones, capaces de llevar una ojiva química a cientos de kilómetros. Aunque es dudoso que en la actualidad estén en condiciones de lanzar un misil de estas características, no sería difícil ponerlos en uso con lo que podría suponer de amenaza para Israel o Jordania, así como cientos de armas químicas robadas de un arsenal al norte de Bagdad y que ya fueron usadas en el asedio a Kobani.

En cuanto a sus efectivos, las estimaciones más fiables haban de unos 30.000 hombres a los que se unen algunas otras fuerzas locales ya sea en Irak o en Siria, de ellos unos 5.000 extranjeros procedentes de ochenta países, de ellos unos 2.000 occidentales.

Pero lo que realmente ha producido que el ISIS haya conseguido hasta el mes de diciembre sonoras victorias, ha sido su superioridad en el combate. Por dar un ejemplo, en Mosul 30.000 soldados iraquíes salieron corriendo ante el empuje y la violencia de 800 soldados del ISIS. La mayoría del ejercito iraquí siendo sunnita no está dispuesto a luchar contra el ISIS para defender a sus otros enemigos: los kurdos y los chiítas. De hecho, el frente militar al ISIS en Irak lo lideran los chiítas, Irán y Estados Unidos, mientras que se duda de la capacidad de los soldados sunníes del ejército regular iraquí. En Siria, sin embargo la mayoría de los ataques occidentales, un 80%, se han centrado en la defensa de Kobani, pero la falta de tropas sobre el terreno y la división de fuerzas opositoras está permitiendo que incluso en estos días el ISIS continúe su expansión territorial en Siria, ya que los occidentales, a diferencia de Irak, no tienen un socio sobre el terreno en que apoyarse para hacer frente a las tropas del ISIS.

La consolidación del poder del Estado Islámico en un territorio que ya es casi un tercio de Siria y buena parte del oeste iraquí, casi la extensión de Bélgica, constituye una amenaza muy seria para toda la región y para los países que tienen a cientos de sus ciudadanos, la mayoría seguramente sin controlar, formando parte de este grupo tan violento. Occidente se enfrenta a una estructura mas organizada, unida y en una zona mucho más crítica que lo que fue el régimen talibán en Afganistán. El desalojo de estas zonas solo lo podrá hacer el ejército sirio y el iraquí con un intenso apoyo de fuego occidental o una coalición de fuerzas terrestres, se trata de elegir cual es la opción menos mala y la más fiable.

Enrique Navarro

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