El artículo 62 de la Constitución dice: "Corresponde al Rey: (...) h) El mando supremo de las Fuerzas Armadas". Por lo tanto, debería haber sido el Rey quien presidiera el funeral de los cinco militares españoles fallecidos durante un ejercicio de desactivación de explosivos, que ha tenido lugar este domingo. Sin embargo, Su Majestad no estuvo y, por lo tanto, no pudo consolar a las familias, no pudo imponer las medallas ni saludar marcialmente el paso de los féretros. ¿Por qué? Pues porque el Rey estaba este sábado asistiendo al desfile militar organizado por el emir de Kuwait para celebrar los cincuenta años de independencia de su país, los cinco de su reinado y los veinte de la liberación tras haber sido invadido por Saddam Hussein.
¿Era indispensable su presencia allí? No lo parece. El único jefe de Estado occidental que estuvo fue él, salvo que se consideren occidentales el de Rumanía, Traian Basescu, y el de Turquía, Abdulá Gül. Los americanos no mandaron a nadie de la actual administración, sino a Colin Powell. Ni Obama, ni Hillary Clinton, ni Joe Biden asomaron por allí. Los franceses se limitaron a estar representados por Michelle Alliot-Marie, ministra de Exteriores al borde del despido por dejarse agasajar en exceso por el caído régimen de Túnez. Y los británicos se conformaron con mandar a dos ex presidentes, uno tory, John Mayor, y otro laborista, Tony Blair. Y eso que las únicas tropas extranjeras que desfilaron fueron las americanas, las francesas y las británicas. Lo único español que hubo en el desfile fue la bandera, que no es poco, pero que lo hizo en compañía de otras 31 de otros tantos países que formaron la coalición que liberó al pequeño emirato.
¿No podía haber ido el príncipe a Kuwait y que fuera Juan Carlos quien presidiera el funeral? Ya que lo de Kuwait fue el sábado, ¿no podía el Rey haber adelantado la vuelta para que le diera tiempo a presidirlo?
Por otra parte, Zapatero, nada más terminar el acto castrense, se marcha a Qatar y a Emiratos Árabes Unidos a estrechar lazos económicos. Luego, visitará Túnez, se supone que para enseñarles a los tunecinos democracia de la fetén, de la que gasta el PSOE, de esa que le permite ser amigo del dictador del que se acaban de librar y de otros tan autoritarios como él. Dice la crónica que viajará sin que le acompañe ningún ministro. La presencia de Trinidad Jiménez sería obligada y, aunque es cierto que estaba en Kuwait, le habría dado tiempo a ir con él si Zapatero hubiera querido. Si de estrechar lazos económicos se trata, tampoco hubiera pasado nada porque hubieran ido Salgado o Sebastián o los dos. No señor. Zapatero se va solo, ya que, como diría Su Majestad, él sabe muy bien lo que hace.
Yo no sé si lo que estamos haciendo es colocar deuda en el Golfo habida cuenta de los miles de millones de euros que vamos a tener que sacar al mercado en las próximas semanas o si estaremos pasando la hucha por todo el Golfo a ver si nos dan alguna propina nuestros amigos, los dictadores árabes. Lo que sí sé es que cinco militares españoles murieron en acto de servicio y el funeral tendría que haberlo presidido el Rey. Y no termino de entender por qué no lo hizo.