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Emilio Campmany

"In socialism we trust"

Y nosotros como idiotas a seguir creyendo en el Estado como fuente de todas las soluciones, cuando es el origen de casi todos los problemas.

Y nosotros como idiotas a seguir creyendo en el Estado como fuente de todas las soluciones, cuando es el origen de casi todos los problemas.

Me hacen mucha gracia las fotos que en estos días publican los periódicos de Antonis Samaras, compungido, apesadumbrado, sobrepasado por los acontecimientos. Recuerda a un marido pillado in fraganti tratando de disculparse. Es un papel que Mariano Rajoy podría desempeñar con brillo si las circunstancias, como es probable que ocurra, lo exigieran. Al parecer, se anuncia el apocalipsis, la llegada de comunistas retestinados, con más robín que el que hay en un desguace, populistas que ocultan hoces y martillos bajo sus disfraces de gente enrollada. El mensaje que nos venden quienes nos gobiernan desde hace treinta años, socialistas y democristianos, esos izquierdistas de un solo cuerno, es que son víctimas de su propia seriedad, de haber actuado con sentido de Estado y responsabilidad imponiendo medidas que la mayoría no ha querido asumir. Por lo visto, queremos castigarles por no estar dispuestos a sufrir los recortes que, muy a su pesar, han tenido que imponer o las subidas de impuestos que, no obstante estar en contra de su ideología, han tenido que hacer.

Mentiras. Son como esos conductores que van ocupando el carril de la izquierda sin apartarse nunca porque están convencidos de que su velocidad es la correcta y que quienes van más despacio son unos petardos y quienes más rápido, unos insensatos. Da igual que recorten salarios, congelen pensiones o suban impuestos, según ellos, no hacen más que lo que hay que hacer, ni más ni menos. Mentiras. Venden tanto populismo como pueden y trafican cuanto sea necesario con las ideas y los principios. Si con esta crisis no han podido seguir dorándonos la píldora con innecesarias prebendas, subvenciones y ayudas es porque a lo que no están en ningún caso dispuestos es a superar la única línea roja que conocen, la de sus privilegios y la de las clientelas que les mantienen en el poder. Y por conservar las unas y las otras venderían a sus madres al mejor postor. Mucho más a nosotros, que no somos más que los consentidores paganos de las facturas.

No niego que la llegada de Podemos al poder no vaya a ser un desastre como lo será la de Syriza en Grecia. No discuto que exista la posibilidad de que, una vez alcanzado, no haya forma de que lo abandonen, pues nunca ha sido fácil que los comunistas lo hagan. Lo que no acepto es que haya que tragar con lo que ahora tenemos porque los que vienen son populistas e izquierdistas radicales. Para eso, ya lo son bastante nuestros gobernantes. Populistas porque mienten más que hablan e izquierdistas porque es lo único que pueden ser para justificar los ingentes presupuestos con los que se financian ellos y a sus clientelas. Y nosotros como idiotas a seguir creyendo en el Estado como fuente de todas las soluciones, cuando es el origen de casi todos los problemas. Y no perderemos la fe sino cuando ya no nos quede un euro que sangrarnos.

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