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EDITORIAL

Seis años después, seguimos queriendo saber

En el esclarecimiento de todas las incógnitas en torno al 11-M, las víctimas tendrán y recibirán todo nuestro apoyo y esfuerzo. Somos conscientes de que la investigación de esa masacre es el mayor homenaje que les podemos brindar.

En el sexto aniversario de la mayor masacre terrorista de nuestra historia, Libertad Digital desea expresar, nuevamente y en primer lugar, su solidaridad con las familias de las 192 personas asesinadas y con las 1.858 heridas. Ellas merecen no sólo nuestra solidaridad por la pérdida de sus seres queridos, sino también nuestro agradecimiento por su esfuerzo, fundamentalmente canalizado a través de la Asociación de Víctimas del Terrorismo o la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, por conseguir que aquella masacre y las incógnitas abiertas sobre su autoria no hayan caído en el olvido.

Y es que seis años después del 11-M tenemos nuevamente que lamentar la soledad que les dispensan a las víctimas la practica totalidad de la clase política, y la mayor parte de los medios, en su irrenunciable compromiso por conocer toda la verdad en torno a aquella matanza. Hoy muy probablemente maquillen la indignidad de ese abandono con "homenajes" como los que se brindan a las víctimas de una catástrofe natural o a las que ya se las ha hecho justicia. Libertad Digital, y muy pocos otros medios, sabemos, junto con las víctimas del 11-M, que no se les hará justicia mientras no se esclarezca esa verdad que no se pueda enterrar con minutos de silencio; un compromiso con la verdad que algunos han olvidado desde el mismo momento en que constataron que la masacre terrorista había conseguido el objetivo político por la que fue perpetrada: lograr un vuelco electoral a tres días del 14-M.

Aunque es mucho lo que nos queda por saber, también es mucho lo que hemos llegado a conocer en estos seis años. Cosas como que la versión oficial, con la que algunos quisieron dar legitimidad a ese vuelco electoral, ha quedado refutada por descubrimientos tan decisivos como que el material explosivo utilizado en la matanza no fue el que sirvió para llevar a cabo las detenciones. Si ese escalofriante dato, por sí sólo, ya justifica la reapertura del caso, a él se suman muchos otros más, como el hecho de que se ocultaran o destruyeran vestigios de la explosión, o el hecho de que se vulneraran los protocolos de actuación de los Tedax y la Ley de Enjuiciamiento Criminal, o que el responsable de los mismos mintiera flagrantemente tanto ante la comisión parlamentaria como ante los propios tribunales.

Aunque el procesamiento del jefe de los Tedax, Sánchez Manzano, iniciado gracias a la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M, pueda aportar nuevos datos en el futuro, lo cierto es que no se sabe quiénes idearon el 11-M, quiénes suministraron Titadyn, quiénes montaron las bombas en la finca de Morata de Tajuña o quiénes manipularon la investigación y a la opinión pública.

En el esclarecimiento de esas decisivas incógnitas tendrán y recibirán las victimas del 11-M todo nuestro apoyo y nuestro esfuerzo. Somos conscientes de que la investigación de esa masacre es el mayor homenaje que les podemos brindar. Y es que, tal y como dijo recientemente nuestro vicepresidente con ocasión de la entrega a nuestro periódico del premio Españoles Ejemplares de la Fundación Denaes, "volveríamos a fundar Libertad Digital sólo para dar voz a las víctimas del 11-M".

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