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EDITORIAL

Los hechos desnudos de Zapatero

Zapatero pretende tomarnos por idiotas al afirmar que estas conversaciones no supondrán diálogo político alguno con la banda; parece que quisiera que nos creyéramos que López y Otegi van a conversar sobre la mala temporada del Athletic.

El PP se lo había dejado muy fácil al presidente del Gobierno, si la intención de éste fuera realmente acabar con la banda terrorista ETA y ésta tuviera realmente el propósito de disolverse. Las líneas rojas que Zapatero no debía traspasar, dictadas por el sentido común y una mínima decencia y sentido de estado, ya habían sido recorridas por el líder socialista más de una vez. Eso sí, en secreto y disimulando. Pero los populares hicieron de tripas corazón y prometieron mirar hacia otro lado si se conseguían resultados concretos, más allá de un alto el fuego "permanente" pero, curiosamente, también reversible y, por lo que se ve, parcial, pues no parece incluir a los concejales del PP en Vizcaya y Navarra.

Sin embargo, Zapatero no ha podido resistirse y ordenó a su partido en el País Vasco que anunciara poco después del final del debate con Rajoy el inicio de las conversaciones políticas con Batasuna. Ya era criticable y fue criticada en estas páginas la decisión de apoyar a un Gobierno que llevaba años incumpliendo el Pacto por las Libertades y contra el Terrorismo por negociar con Batasuna, un Gobierno que había legalizado de facto a la organización terrorista en la encarnación del PCTV, un Gobierno que había ordenado a su fiscal amaestrado que no actuara contra la organización ilegal. Lo que no puede admitir el PP es que ni siquiera las muy tenues líneas rojas que habían dibujado sean tan clara y públicamente violadas. Y, aún así, Rajoy le ha ofrecido una salida al presidente dejando en suspenso la ruptura de su apoyo hasta el momento en que el diálogo político con ETA se produzca. Demasiado talante para un presidente tan sectario.

Pero ni con esas. Zapatero pretende tomarnos por idiotas al afirmar que estas conversaciones no supondrán diálogo político alguno con la banda; parece que quisiera que nos creyéramos que López y Otegi van a conversar sobre la mala temporada del Athletic. López Aguilar le ha hecho los coros afirmando que no habrá conversaciones con Batasuna mientras sea ilegal, lo que sumado a la afirmación de Zapatero de que habrá negociación política antes de "alcanzar el fin de la violencia" no parece significar otra cosa que el anuncio de la legalización de Batasuna, eliminando la necesidad de franquicias que sólo "engañan" a Conde Pumpido de cara a las próximas municipales.

No obstante, parece ser que Zapatero quiere que miremos a otro lado cuando asegura que "no resulta razonable estar todos los días en un debate sobre palabras y mucho menos sobre intenciones; hagamos un debate sobre hechos". Pero el hecho desnudo es que el acto político de presentación de una "comisión negociadora" de los etarras con careta de políticos, la mitad de cuyos integrantes tiene alguna causa pendiente con la Justicia, no ha sido acompañado de su ingreso en prisión. Y no lo ha sido porque la fiscalía amaestrada ha "interpretado" que el show de Otegi y compañía pretendía "apoyar la situación actual de cese de violencia y la consecución de la misma con carácter definitivo", dejando así impune, por el momento, el acto político de un partido ilegalizado. Si es a los hechos, y no a las palabras ni a las intenciones, a lo que hemos de atenernos, Zapatero y su proceso de rendición quedan retratados con colores aún más lúgubres.

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