En sede socialista, y tras la reunión de la Comisión Permanente del Comité Federal del PSOE, se han escuchado las calumnias más graves y ofensivas lanzadas hasta ahora contra Israel por el PSOE o el propio Gobierno de Zapatero. Han sido proferidas por el secretario de Organización del partido, José Blanco, al acusar al Estado judío de "matar a civiles intencionadamente".
Por lo visto no era suficiente que Zapatero silenciara la semana pasada la agresión de los terroristas islámicos mientras arremetía contra la "desproporcionada" reacción defensiva de los judíos, en unas declaraciones que, justificadamente, consolidaron a Zapatero como el representante occidental más elogiado por los terroristas islámicos. Tampoco era bastante que Zapatero luciera el pañuelo palestino, uno de los más claros símbolos del antisemitismo islámico, o que el PSOE convocara manifestaciones antisemitas disfrazadas de pacifismo como la del pasado viernes.
Si el embajador de Israel contenía diplomáticamente su indignación el pasado fin de semana, limitándose a reconocer que las relaciones con España "no atraviesan sus mejores momentos" o a señalar que el Gobierno español "minimiza el uso que hacen los terroristas de los escudos humanos", Víctor Harel no ha podido dejar de considerar este lunes que las declaraciones del secretario del PSOE constituyen "la más infame de las escuchadas hasta ahora".
Frente a la, ciertamente infame, manipulación antisemita de José Blanco, si a alguien pertenece la exclusiva de buscar deliberadamente víctimas civiles en este conflicto es a los terroristas que lo originaron teledirigidos por Irán y Siria. Y las buscan tanto en sus atentados y lanzamiento de misiles contra la población judía como tratando de que las legítimas represalias de Israel causen el mayor número de "daños colaterales" posible. Mientras Israel gasta millones y millones de dólares en desarrollar armamento que minimice los daños colaterales de sus bombardeos, arriesga la vida de sus soldados en incursiones terrestres con ese mismo objetivo o solicita la evacuación de la población civil de las zonas de riesgo, son las terroristas de las milicias chiíes los que utilizan deliberadamente a la población civil como escudos humanos.
Si Blanco manipula radicalmente la realidad, no menos manipulador resulta Zapatero tratando de obtener, el mismo día, una foto de "centralidad" con las juventudes del Partido Laborista israelí, cuando es el presidente el máximo responsable de la infamia y deriva antisemita de su partido y de su Gobierno. Una deriva que, disfrazada de paz, sirve y utiliza el Gobierno del 14-M tanto para su propio provecho como para el del terrorismo islámico y etarra.