Si el Partido Socialista ha llevado a las finanzas públicas al borde del abismo –y éste es un hecho incontestable–, cualquiera podía entender que resultaban imprescindibles enérgicos planes de ajuste que convirtieran el déficit en superávit y que les permitieran a los inversores confiar en la solvencia de nuestro país. Era algo de puro sentido común que, sin embargo, no había calado entre nuestros políticos manirrotos: sedientos de gastar sin control para mantener las sinecuras electoralistas, ninguno se atrevía a dar un paso adelante y concluir que la fiesta había terminado.
Es cierto que en algunos casos, como el de Esperanza Aguirre, las cuentas públicas estaban lo suficientemente limpias como para no requerir de ningún plan de choque, pero en otros, especialmente allí por donde había pasado el PSOE, esos planes no sólo eran imprescindibles, sino también urgentes. Afortunadamente, no todos dentro del PP se han dormido en los laureles y algunos ya han empezado a coger al toro por los cuernos.
Es el caso de María Dolores de Cospedal en Castilla-La Mancha, que ayer anunció el mayor recorte del gasto de nuestra democracia. En concreto, la secretaria general del PP y presidenta de la región, prometió reducir el presupuesto autonómico en un 20% para así cumplir con el objetivo de déficit que José María Barreda había incumplido y despreciado con absoluta ligereza. Para que nos hagamos una idea, desde 2007 a 2010, el mandatario socialista incrementó la deuda pública de Castilla-La Mancha desde los 1.800 millones de euros a los 5.800 millones, esto es, desde el 3,4% del PIB regional al 16,2%.
Parece claro que la situación era insostenible y que se han comenzado a tomar las medidas adecuadas. Eso sí, es probable que ni siquiera esta significativa poda baste para equilibrar nuestras cuentas, por lo que el PP deberá seguir dispuesto a ahondar en esta línea de austeridad no sólo en la región, sino también en la Administración Central. De momento, no podemos más que constatar que los populares están avanzando en la dirección adecuada.