Recordarán los lectores cómo, en 1999, Jordi Pujol trató de captar el voto de los catalanes de origen andaluz subiéndose al escenario en un mitin-concierto de CiU en el que actuaban Los Chunguitos. Ese guiño a los charnegos resultó contraproducente, pues los asistentes, más interesados en las rumbas que en el discurso político, impidieron con sus abucheos que Duran y Mas se animaran, ellos también, a interrumpir el concierto.
Por cierto, Duran i Lleida, asiduo visitante de la Feria de Abril que se celebra en Barcelona, manifestaba recientemente lo "pipa" que se lo pasa escuchando sevillanas; lo dijo pocos días después de presentar a los jornaleros andaluces más o menos que como vagos con querencia por el bar.
El PSC en general y Carme Chacón en particular no son una excepción en ese doble juego de estereotipos a los que tan aficionados son los nacionalistas. Así, Chacón no ha dudado en salir en defensa de un estatuto que proclama a Cataluña como nación, en solidarizarse con quien en la televisión pública catalana se cagó en "la puta España" o en ocultar toda presencia paterna charnega en un vídeo electoral que se centraba en su ámbito familiar materno, al parecer catalán de pura cepa. Ahora, sin embargo, se trata de liderar a los socialistas en toda España, y Chacón no es que haya cambiado la sardana por el taranto o la camiseta en apoyo de Rubianes por un traje de faralaes; pero sí llama la atención que haya elegido el pueblo de Almería donde nació su padre como lugar donde va a presentar, el próximo sábado, su candidatura.
Cabe pensar si esta forma de homenajear ahora a sus ancestros andaluces es una forma de contrarrestar los dardos que veladamente le ha lanzado Rubalcaba al manifestar que su pretensión es que el PSOE vuelva a tener una "voz única" que suene "igual" en todas las comunidades autónomas.
Rubalcaba tampoco es que pueda dar lecciones en esto, precisamente, pero parece evidente, en cualquier caso, que Chacón trata de utilizar este gesto con el mismo descaro con el que utilizó la foto en la que aparecía, ya como ministra, pasando revista embarazada. Ni aquel gesto hizo de Chacón una buena ministra de Defensa, ni esta elección por Andalucía como lugar para presentar su candidatura va a hacer de ella alguien capaz de dar al PSOE una voz única e igual en toda España. Tan solo es una utilización política de los andaluces, un gesto tan vacío y engañoso como sus otrora mimitos a Rubalcaba.