Quisiera felicitar, en primer lugar, a nuestras autoridades, y muy especialmente al Ejército del Aire, por el traslado a España del religioso infectado de ébola, padre Miguel Pajares, y la hermana Juliana. En segundo lugar, me gustaría trasladar a los lectores que tanto nuestros hospitales como nuestros profesionales sanitarios saben, de sobra, cómo tratar a estos enfermos sin que exista riesgo alguno para la población.
España cuenta con especialistas en enfermedades infecciosas y parasitológicas de categoría científica mundial. Además, existen departamentos en los hospitales dedicados a esta especialidad.
El virus ébola se detectó por primera vez en el año 1976 y es el causante de la llamada fiebre hemorrágica viral que presenta una mortalidad del 90% de los infectados. Es una enfermedad que se contagia por la sangre, sudor, saliva, orina y vómitos. Se presenta con síntomas como fiebre alta, dolores musculares y, al cabo de unos días, erupciones hemorrágicas seguidas de otros cuadros hemorrágicos por la boca y recto. El murciélago frugivoros es uno de los que trasmiten la enfermedad
No disponemos ni de vacuna ni tratamiento antiviral especifico. ¿Entonces qué hacemos los médicos? Aislar a estos enfermos y tratarles con medicina intensiva y tratamiento de los síntomas , estimulando su sistema inmunológico y manteniendo sus constantes vitales.
Se está probando una vacuna del virus inactivado con virus de la gripe en animales de experimentación. Las pruebas están teniendo éxito.
El hospital Carlos III de Madrid siempre ha sido un hospital de enfermedades infecciosas. Dispone de todos los medios tanto de equipo como de profesionales adecuados para atender a estos enfermos sin riesgo para ellos y sin riesgo para los vecinos de Madrid.