Ya hace algunos años, Maragall se gastó 21.000 euros en un blog. Daniel Sirera le abrió entonces uno en una plataforma gratuita, de esas que pueden encontrarse a cientos en internet. Naturalmente, como uno era del PP y el otro del PSOE (perdón, del PSC), y el dinero público no es de nadie cuando gobierna la izquierda o el nacionalismo o los dos, aquella demostración de despilfarro pasó sin pena ni gloria.
Ahora es el heredero de la alcaldía de Barcelona quien se gasta 315.000 euros al año en mantener un videoblog. Del éxito de la iniciativa no cabe dudar: ni buscando con lupa se encuentra un solo comentario y su ránking en Alexa, con el que nos tendremos que conformar a falta de estadísticas más oficiales, lo sitúa en el puesto 1.403.790 de las páginas más vistas del mundo.
El precio que se paga por este videoblog, pese a las apariencias, parece menos exagerado que el de Maragall. Al fin y al cabo, hay que grabar a gente con cámara todos los días, montarlo, ajustar el sonido... vamos, que el vídeo profesional es caro. Sin embargo, dada la inexistente utilidad de este invento incluso como herramienta de propaganda para Hereu –que es en lo que parece consistir todo–, y por mucho que su coste pueda estar más ajustado que el del fabuloso blog de Maragall, parece claro que es un derroche aún mayor que el de aquél.
Este caso pone de relieve hasta qué punto resulta absurdo pretender salir de esta crisis a través de enormes programas de gasto público. Las sociedades prosperan según van cubriendo más necesidades y deseos de sus ciudadanos. En eso consiste la riqueza. Sin embargo, iniciativas como éstas no responden a los intereses de los ciudadanos, que las administraciones públicas siempre van a ser menos capaces de percibir y atender que las empresas que se juegan en ello su supervivencia todos los días. Son, en definitiva, un gasto de dinero que se traduce en una pérdida neta de riqueza: todos somos más pobres por culpa de ese blog, ya que los recursos que despilfarramos en él habrían sido de mayor provecho en otra parte de la economía.
Los políticos carecen de mecanismos precisos para establecer el valor de lo que ofrecen. No actúan en el mercado, carecen de competencia y sus "clientes" no pueden dejar de pagar por sus servicios, por lo que falta la necesaria retroalimentación que permita hacer una evaluación. El valor del videblog de Hereu es literalmente incalculable, aunque por la respuesta popular que ha tenido quepa deducir que es más bien bajito. Quitar recursos de la sociedad para financiar planes E, Avanza y demás faramalla nos hace a todos más pobres. Y eso que se supone que son los políticos los que nos van a sacar de esta crisis provocada por el "neoliberalismo", los "neocon" y demás neomalvados.