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Daniel Rodríguez Herrera

Adiós al consenso contra el canon

Qué quieren que les diga. Si nos ponemos es muchísimo menos injusto un canon digital que una subvención directa del Gobierno, que correría a cargo de todos de forma aún más indiscriminada.

Si algo ha destacado de estos años de debate sobre el canon digital, ha sido la práctica unanimidad en su contra. Tanto a izquierdas como a derechas han sido innumerables las voces que protestaban ante su injusticia y clamaban por su desaparición. También es cierto que los menos, quienes han estado siempre a favor del invento, tampoco se diferenciaban mucho por su acepción ideológica. La discusión del canon era de las muy pocas que servían para integrar España: todos estaban en contra los que lo cobraban.

Pero hablo en pasado, adelantándome quizá un poco, porque es de suponer que este consenso se romperá en breve. PP y PSOE se han puesto de acuerdo en una moción en el Congreso que propone no abolirlo, sino sustituirlo por otras fórmulas "menos arbitrarias e indiscriminadas y por tanto más justas y equitativas". Tres de las principales entidades de gestión, con la curiosa ausencia de la SGAE, han tomado nota del lenguaje buenista del texto y han pedido "soluciones justas y equilibradas" que pasarían por que el Gobierno apoquinara lo que dejen de ingresar por el canon.

Así, no parece improbable que se deje de pagar canon en España, pero que se establezca un nuevo impuesto, cuya gestión corra esta vez por manos públicas. En ese momento, buena parte de la izquierda apesebrada se bajará del carro y lo aplaudirá con las dos manos. Porque al parecer es injusto que se cobre un canon por cada CD, pero es justísimo que nuestros impuestos vayan a parar directamente al bolsillo de los artistas, para aliviarles la reconversión al mundo digital.

Qué quieren que les diga. Si nos ponemos es muchísimo menos injusto un canon digital, que aún sin acertar del todo se intenta acercar a quienes supone culpables de pecar contra la propiedad intelectual de Teddy y los suyos, que una subvención directa del Gobierno, que correría a cargo de todos de forma aún más indiscriminada.

Pero claro, si eres un socialista de cualquier partido no puedes reconocer el carácter marcadamente injusto e indiscriminado de las subvenciones pagadas con nuestros impuestos. Sólo faltaría.

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