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Cristina Rodríguez Luque

La desinformación sobre las células madre

Algo significativo, además, es que las implicaciones económicas de este tipo de técnicas con respecto a patentes, o intereses de clínicas y laboratorios apenas es abordado en los textos analizados con un 90% de ausencia.

Han pasado casi 15 años desde que las conocidas como células madre, mejor traducidas del inglés como "troncales", apareciesen en la prensa generalista de nuestro país y aún en el imaginario popular se asocian directamente a la investigación con embriones. Sin embargo, desde los años 70, se publican datos científicos que demuestran que las procedentes de la médula ósea se han utilizado satisfactoriamente en tratamientos médicos como la leucemia. Además, a fecha de hoy, las células madre de origen adulto y, sobre todo, las denominadas células IPS, o células troncales pluripotentes inducidas parecen ser las más prometedoras, porque pueden convertirse en musculares, neuronales e incluso con potencial similar al de las embrionarias, pero procedentes de las propias células del donante. Y, por tanto, sin ningún reparo ético. Tras algunas limitaciones y riesgos potenciales iniciales, en abril de 2009 se ha conseguido generar estas células IPS en cantidad suficiente y sin riesgo de producir tumores en laboratorios de Kioto.

Sin embargo, el debate mediático ha ido por otros derroteros. En España se autorizó investigar con embriones congelados e incluso la clonación terapéutica que tras el engaño del coreano Hwang Woo Suk a la mismísima revista Science, a día de hoy no ha dado fruto. La dignidad del embrión temprano es un asunto ético central en el debate público que, años después de la polémica, parece haberse perdido de vista. Sin embargo, es una cuestión orientadora que toca la esencia misma de nuestra sociedad, la vida humana indefensa en sus primeros momentos.

La presencia en este debate de diferentes actores y voces, políticos, comités éticos, científicos, o bioéticos así como su tratamiento en los medios de comunicación ha sido clave en el desarrollo de la legislación actual. En España, recordemos que hubo un importante debate especialmente desde 2002 sobre la autorización de investigar con embriones congelados y, desde diciembre de 2006, han pasado ya cinco años, de la aprobación de la Ley de Investigación Biomédica que permite utilizar células troncales embrionarias y la clonación terapéutica.

En un estudio realizado por esta autora sobre el tratamiento periodístico de este tema entre 1996 y 2006 en los diarios ABC y El País. El debate político y las células troncales procedentes de embriones son las principales protagonistas en la cobertura mediática. En concreto se han analizado 2.481 textos con un método ya utilizado en The New York Times y Washington Post, así como las principales publicaciones científicas registradas en ISI Web of Science y el diario de Sesiones del Congreso y el Senado en esta década.

Los medios se centraron más en su día en la controversia política sobre la autorización de la investigación con células troncales embrionarias que en informar sobre los avances científicos en este campo desarrollados con células, también "madre", pero procedentes de tejidos adultos. De hecho, el debate mediático se centra en las embrionarias en un 58% de la muestra y las adultas solo aparecen un 17% y un 7,2% las procedentes de la médula ósea, que en la literatura científica son las más tratadas. En el terreno científico, de acuerdo con las búsquedas realizadas en ISI Web of Science, las cantidades son totalmente inversas en comparación con la arena mediática. De hecho, en el micromedio científico, las estrellas son las mesenquimales o de médula ósea en un 72,48% de los artículos científicos de esta base de datos. Mientras que las embrionarias tienen una proporción del 20,23% y menos aún las embrionarias humanas, tan sólo presentes en un 4,23%.

Algo significativo, además, es que las implicaciones económicas de este tipo de técnicas con respecto a patentes, o intereses de clínicas y laboratorios apenas es abordado en los textos analizados con un 90% de ausencia. Los máximos de cobertura, como cabe esperar se identifican en las dos cabeceras cuando el principal encuadre empleado por los periodistas es "estrategia política" o "aspectos éticos o morales" algo que sin duda ha contribuido a oscurecer el estado científico de la cuestión más favorable a proseguir la investigación con células adultas no sólo por seguir el camino más ético; sino también, el científicamente más prometedor hasta el momento.

En Tecnociencia

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