El presidente fue a impartir magisterio a una escuela de verano, pero sus enseñanzas indican que en la de invierno hizo pellas (no peyas, como se leía en una pancarta del Orgullo Gay). O eso, o en sintonía con el carnaval del Día en cuestión, quería demostrar que le pone el travestismo. Pues para pasmo de extraños, que los propios reciben sus lecciones con la debida reverencia, proclamó que el PSOE es el gran partido liberal de España. ¿Sabrá Zapatero del imperio de la ley? ¿De la ausencia de coacción? ¿Del respeto a la libertad individual? Ni papa. En su escuela no se aprenden tales conceptos, sino los contrarios. Y en eso hay que reconocer que salió bien enseñado.
El misterio del nuevo ¿neo? liberalismo de Zapatero se agranda al recordar que hace nada señalaba a los liberales como causantes del hundimiento de la economía planetaria, que diría Pajín, ahora liberalísima. Y que la derecha neoliberal fue el coco de su campaña en las elecciones europeas, que fracasó, dicho sea de paso. Pero el enigma de la empanada ideológica del presidente –de izquierdas, rojo, socialdemócrata y liberal al mismo tiempo– se empequeñece al considerar a qué se refería el hombre. Más que empequeñecer, desciende. Zapatero peroraba sobre el aborto cuando se puso la vitola liberal. Será, como en el chiste, un liberal de cintura para abajo y ni un centímetro más arriba. Imposible tomar en serio a quien carece de todo rigor en su pensamiento.
Zapatero achacó la oposición a su ley del aborto a una derecha retrasada en valores y al tiempo que politizaba así la cuestión, reclamó que no se politizara. Solemne. Dijo que la legislación que prepara es normal en Europa desde hace décadas, pero no explicó por qué extraño motivo entonces, si los países europeos gozan de normas tan liberales, venían desde allí a abortar a clínicas radicadas en España. Culpó de la alta tasa de embarazos no deseados a un tabú histórico sobre la educación sexual, cuando la historia incluye el póntelo, pónselo y el corona el rollo con coco, que no han servido –ni servirán– para nada. Pruebe ZP a visionar series de televisión y cine español para enterarse de cómo está el tabú. A estas alturas, no hay sobre el sexo una falta de información. Hay una oceánica falta de formación.
Cuando se premia la irresponsabilidad, sucede que aumentan las conductas irresponsables. En lo sexual, lo educativo, lo económico y lo demás. Pero tal es el mensaje liberal de Zapatero: sed irresponsables, que os cubrimos. En definitiva, una libertad entendida como haz lo que quieras sin pensar en las consecuencias, vinculada a la dependencia del Estado que te sacará las castañas del fuego. Los padres sobran en ese esquema.